Una difícil invitación a la cautela en medio de los bríos electorales

La llegada al Senado del proyecto del Gobierno para renegociar la deuda local enfrentará a los legisladores al inédito desafío de contener sus bríos partidistas en plena campaña electoral, para que la discusión no se desmadre ni sume tensión a la ya frágil situación económica. La cautela es tal que nadie asegura, siquiera, que haya sesión.Hace semanas que el Congreso está sumido en una virtual parálisis. Esta inactividad es fruto de un pacto no escrito entre los lugartenientes del oficialismo y de la oposición; cuando el mar está agitado, coinciden, lo peor es provocar más olas. Máxime en un escenario, como el legislativo, donde las fuerzas políticas se hallan en plena reconfiguración interna después de las primarias y el triunfo aplastante del Frente de Todos.De hecho, el kirchnerismo más duro y el peronismo aliado a Alberto Fernández (el massismo y los legisladores que responden a los gobernadores) aún no definieron cómo será su convivencia (todavía mantienen bloques separados, con legisladores migrantes), mientras que el oficialismo, siempre en minoría, se sabe a la defensiva.En este contexto político incierto y volátil, el Gobierno decidió llevar al Congreso la discusión sobre el "reperfilamiento" de los vencimientos de la deuda local a mediano y largo plazo (2020/2023). La decisión tomó por sorpresa al peronismo: la Casa Rosada pudo perfectamente esquivar al Congreso porque goza de facultades delegadas por la ley de administración financiera para renegociar la deuda con sus acreedores sin intervención parlamentaria.¿Pecó de ingenuidad el oficialismo? De ninguna manera, explican sus voceros: involucrar al Congreso en la discusión obligará al peronismo a abandonar su posición cómoda de criticar desde afuera y a "meterse en el barro" de la negociación. Después de todo, los vencimientos de esta deuda operarán durante el mandato del próximo presidente, aducen.El peronismo no se siente presionado. Al contrario: convencido de que asumirá el gobierno el 10 de diciembre próximo, no exhibirá ningún apuro para aprobar un proyecto de renegociación que no es el suyo, sino del gobierno de Macri. Recibirá al ministro de Hacienda, Hernán Lacunza, pasado mañana en la Comisión Bicameral de Seguimiento y Control de la Deuda Externa y dará el debate. Ese es, por ahora, el único compromiso. Después, una vez que se analice la letra chica de la iniciativa, se definirá su derrotero legislativo. Nadie garantiza que haya ley ni que haya sesión por este tema...

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