Un diálogo entre la Fundación Cartier de París y el CCK

PARÍS.- Si hay algo difícil de hacer en Buenos Aires es llenar el dándoles consistencia de contenidos y espacial a las muestras que allí se presentan. El más que centenario edificio que empezaron a construir los conservadores y terminaron de hacer los radicales fue durante décadas sede del Correo Central y del Ministerio de Telecomunicaciones. Cristina Kirchner lo abrió a las apuradas, antes de irse, en 2015, y durante el resto de su gestión se vieron algunos espectáculos y exposiciones dispersos, sin una entidad curatorial concreta.

Bajo la nueva gestión de Cambiemos se está buscando una mayor entidad de lo que allí se presenta, privilegiando calidad y dimensiones para que las muestran tengan más cuerpo y sean más fácilmente perceptibles por el público en general, el medio artístico y la prensa especializada.

En la semana intensa del titular del Sistema Federal de Medios y Contenidos Públicos, Hernán Lombardi, que vino a París por otros dos grandes temas -la candidatura argentina a ser sede de la Expo 2023 y a proponer a la Unesco que el chamamé sea declarado patrimonio inmaterial de la humanidad-, se hizo tiempo para visitar la Fundación Cartier por el Arte Contemporáneo y estrechar filas allí para establecer un vínculo permanente de intercambio cultural y de exposiciones.

La entidad, que abrió sus puertas en 1984, está presidida por su fundador, Alain Dominique Perrin, y cuenta con la dirección de Hervé Chandès. Es sumamente ecléctica en sus intereses, inclinándose al entrecruce enriquecedor de distintas disciplinas. No solamente se fija en artistas consagrados, sino también en aquellos que están surgiendo, en un diálogo cosmopolita que no sólo se interesa por el arte, sino también, y muy especialmente, por los temas de la sociedad.

Además de las exposiciones tradicionales, propicia intercambios entre filósofos, artistas, científicos y cineastas, sin atarse a horarios convencionales, como las Noches Nómades, que incluyen danza, música y artes escénicas, y las Noches de Incertidumbre, que proponen tender puentes entre artistas, pensadores y científicos.

Cartier ha ejercido un papel de mecenazgo cultural en la sociedad francesa y su colección asciende actualmente a 1500 obras de más de 350 artistas de 50 nacionalidades diferentes.

Ahora, parte de ese acervo y otras muestras que se vayan sucediendo en París podrán ser apreciadas sin moverse de...

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