El Diálogo, la experiencia que marcó a la Iglesia y fue congelada por la política

El arzobispo Estanislao Karlic y el entonces presidente Eduardo Duhalde, artífices de la Mesa del Diálogo Argentino, en el convulsionado verano de 2002

"Aquí estamos, reconociendo todos nuestras responsabilidades, intentando con humildad y fortaleza salir de la postración a la que nos han llevado tanta corrupción, tanta mentira y tanta codicia". Así describía en enero de 2002 el presidente del Episcopado, el arzobispo Estanislao Karlic , el estado de un país devastado por la crisis, y explicaba la disposición de la Iglesia para acompañar, junto al Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), la búsqueda de consensos entre todos los sectores políticos y sociales. Nació entonces la Mesa del Diálogo Argentino .

"El ojo de la tormenta estaba en la poca credibilidad de los políticos. Y la Iglesia, que tenía altos niveles de confianza, salió en auxilio de esa situación. Con sus grises, blancos o negros, no había duda de que algo había que hacer", recuerda hoy el padre Guillermo Marcó , que en ese momento acompañaba al cardenal Jorge Bergoglio como director de la Oficina de Prensa del Arzobispado de Buenos Aires.

Los números en el verano caliente de 2002, cuando Eduardo Duhalde accedió a la Presidencia de la Nación, eran lapidarios: 52% de pobreza, 19% de indigencia y 28% de desocupación. Veinte años después, la pobreza llega al 36,4%, la indigencia es del 8,8% y hay un 6,6% de desempleo. Pero los índices saltan por el aire con una inflación cercana al 100% anual, en una Argentina que sufre más de 800 piquetes por mes.

El padre Guillermo Marcó entiende que muchas de las reformas que necesita el país no le convienen a la dirigencia política

En una entrevista con LA NACION, Marcó señaló que en la actualidad percibe poco respeto por la agenda institucional en la Argentina. "Estamos por celebrar 40 años de democracia y en muchos aspectos el país está peor. Sería bueno que los políticos reflexionaran sobre cómo han actuado. Se los vota para gestionar y se viene dando una alternancia de fracasos importante, en un país rico, pero mal administrado", evaluó el sacerdote.

Las voces más activas de la Iglesia en la Mesa del Diálogo fueron el arzobispo Karlic y los obispos Jorge Casaretto, Juan Carlos Maccarone y Ramón Staffolani, a quienes más tarde se sumó monseñor Agustín Radrizzani. El diplomático español Carmelo Angulo Barturen aportó la vocación del PNUD por ayudar a la Argentina y prestó asistencia técnica . En medio de una crisis terminal que se palpaba en las calles, el gobierno de Duhalde designó tres representantes: el senador Antonio Cafiero, el diputado José María Díaz Bancalari y el secretario de Gabinete y Relaciones Parlamentarias, Juan Pablo Cafiero.

-¿La iniciativa partió de la Iglesia?

-Partió de los llamados...

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