Día Mundial de los Océanos: malas y buenas noticias para el mar argentino

Desde 2008 y cada 8 de junio se celebra el Día Mundial de los Océanos, una fecha que nos permite reforzar la importancia de los ecosistemas marinos en nuestras vidas y reafirmar el compromiso para conservarlo. Es muy importante recordar que los océanos cubren aproximadamente el 70% de la superficie del planeta y sostienen una extraordinaria biodiversidad. Además, son los responsables de la mitad del oxígeno que respiramos y los grandes reguladores del clima del mundo, por su capacidad de regular la temperatura y de absorber gases de efecto invernadero.

Pero a pesar de todos estos beneficios que nos brinda, muchas veces no le damos al mar el crédito suficiente o, como sucedió en las últimas semanas, su visibilidad no se debe al trabajo silencioso que hace. Es el caso del mar argentino, que encuentra múltiples problemas: la semana pasada se debatía en una Audiencia Pública Consultiva, convocada por el Concejo Deliberante del Municipio de General Pueyrredón, la posible exploración hidrocarburífera en las aguas mar adentro frente a la provincia de Buenos Aires. El centro del debate está vinculado al impacto ambiental que esta prospección sísmica podría producir. Y con más de un fundamento.

Los bloques con permiso para exploración se localizan en un área clave para la estructura ecológica y funcional del mar argentino y de la región. Esto por supuesto es una mala noticia, considerando que la prospección sísmica genera intensas explosiones acústicas bajo el agua que pueden ser registradas a miles de kilómetros de distancia, por lo que este tipo de ruido en el mar afecta las funciones biológicas esenciales de peces, tortugas, aves y mamíferos marinos. Los efectos potenciales sobre la fauna marina son diversos e incluyen desde lesiones graves hasta la muerte, además de los impactos negativos que la actividad puede generar sobre otras actividades socioeconómicas relevantes como la pesca o el turismo basado en el avistaje de fauna marina.

Sumado al impacto de la prospección sísmica, la posterior explotación de recursos hidrocarburíferos alerta sobre las amenazas de impulsar el desarrollo de esta actividad para la vida marina y sus hábitats, como los riesgos de derrame de petróleo con consecuencias de alto impacto en el espacio y el tiempo, y las posteriores emisiones de gases por la quema de combustibles fósiles, que empeorarían los efectos del cambio climático . Podríamos decir que estas decisiones son "pan para hoy y hambre para mañana"; claramente...

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