La deuda, como arma de control político

La situación fiscal con que empieza 2014 no puede ser más preocupante. El año en curso cierra con un déficit récord en el conjunto nacional. Y todo indica que, sin grandes medidas de fondo, las cosas serán peores en el próximo ejercicio. Evidentemente, Jorge Capitanich quiere controlar a los gobernadores de cerca y usar la refinanciación de las deudas como una supervisión política. El acuerdo con metas trimestrales transforma así al jefe de Gabinete en una especie de FMI de las provincias.En el corazón de las cuentas provinciales hay una bomba activada de la que muy pocos hablan en público. El especialista Nadin Argañaraz calcula que los sueldos del sector publico, según los índices del Indec, tienen un atraso de cerca del 33% si se los compara con el sector privado formal. Cómo se resolverán las paritarias definirá el futuro de las cuentas. Para dejar todo en tabla rasa, primero habría que otorgar una recomposición del 33% a los empleados estatales. Y luego discutir los números de 2014.Dicho de otro modo: los resultados del sector público no son peores porque a los trabajadores en promedio se les ha estado licuando el poder adquisitivo del salario. Les han estado haciendo el ajuste. ¿Puede continuar esa mecánica tras el extendido conflicto policial? Pareciera que no.La deuda con la Nación ya era una pesada carga para varias jurisdicciones antes del aumento a los policías. Con lo cual la ayuda nacional se hizo cada vez más necesaria para Jujuy, Formosa, Catamarca y Tierra del Fuego. Para esas jurisdicciones la deuda con la Nación es más del 80% del total de sus pasivos.Capitanich, razonablemente, exige el...

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