Deuda de aprendizaje y de reclamo social

No todo está mal en la educación argentina: hay docentes, directivos, padres, madres, expertos y autoridades que trabajan bien por el derecho de aprender de niños, niñas y jóvenes. Esto es indiscutible. Pero también es indiscutible que, pese a ello, los argentinos tenemos una deuda educativa mayúscula que viene reiterándose en la información respectiva desde hace más de veinte años atrás: millones de alumnas y alumnos no aprenden lo que deben . Diferentes estudios nos lo han detallado hasta el cansancio.

Los Operativos Nacionales de Evaluación (1993 a2013), las pruebas Aprender (2016 a 2019), los Estudios Regionales Comparativos y Explicativos de la Unesco (ERCE) -1997, 2006/13/19 y las evaluaciones de la OCDE (Programa Internacional de Evaluación de Alumnos-PISA) -2000 a 2018- son, entre otros, instrumentos que confirman esta deuda (en los próximos días se conocerán los resultados Aprender2021, pero no se espera revertir esta tendencia).

El último estudio prepandemia, ERCE 2019, revela que en la Argentina el 87% de las alumnas y alumnos de sexto grado de primaria está por debajo del nivel mínimo de competencias en matemáticas y el 68%, en lectura. A su vez, según PISA 2018 (evalúa adolescentes de 15 años de edad), 1 de cada 2 estudiantes argentinos se desempeñaba en los niveles más bajos de lectura y 7 de cada 10 de matemáticas (y este desempeño no mejora desde el año 2000 -pese a la mejora en países vecinos como Chile, Brasil, Perú y Uruguay). Esta dolorosa información se debe conjugar hoy con muy altos niveles de pobreza y de abandono escolar y con el fuerte impacto del Covid-19 (que organismos como Unesco, Unicef, el Banco Mundial y El Diálogo Interamericano han calificado recientemente como causante de "la mayor crisis educativa de la historia" en la región).

Todo esto nos muestra una situación grave que impacta hoy y viene impactando a las familias y a la sociedad argentina desde hace más de dos décadas. Sin embargo, no ha habido un reclamo social vigoroso al respecto. La buena educación no ha sido ni es un tema prioritario. Se configura, entonces, le segunda deuda: la del reclamo social. Conscientes de este desafío, desde Educar 2050 venimos trabajando hace quince años haciendo foros, mesas de diálogo, campañas de comunicación, capacitaciones, investigaciones, con escuelas, directivos, docentes, sindicatos, autoridades, expertos (nacionales y del exterior), madres, padres y estudiantes a lo largo y ancho de la república. Hay muy...

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