Detrás de las renuncias, diversas lecturas

La puja entre profesionalismo y amateurismo en el rugby argentino vivirá hoy un nuevo capítulo que quedará en la historia. Cinco jugadores que esta semana renunciaron a sus contratos con la Unión Argentina de Rugby (UAR) quedaron habilitados por la Unión de Rugby de Buenos Aires (URBA) para actuar en sus equipos. Cuatro lo harán en el Nacional de Clubes y uno disputará la Copa Buenos Aires.La URBA impide a los jugadores contratados desempeñarse en sus clubes, por lo que Martín Landajo (CASI), Tomás Cubelli (Belgrano), Tomás Lavanini (Hindú), Matías Moroni (CUBA) y Manuel Montero (Pucará), cinco de los 17 solventados por la UAR para sus seleccionados, rescindieron sus vínculos y dejarán de percibir sus sueldos, a cambio de poder jugar. Los cuatro afectados al Nacional serán suplentes, y Montero, titular. En cambio, Javier Ortega Desio (SIC), el lesionado Santiago Cordero (Regatas) y Bruno Postiglioni siguen en el sistema y no podrán entrar en la cancha. Permanecen, básicamente, porque no pueden resignar el ingreso por necesidad.En las uniones del interior no existe la restricción. Por eso, el último fin de semana reaparecieron luego de su participación en Pampas XV Facundo Isa (Santiago Lawn Tennis), Javier Rojas y Santiago Iglesias (Universitario, de Tucumán), y hoy lo harán Jerónimo de la Fuente y Román Miralles (Duendes).El tiempo dirá si esta medida tiene una repercusión similar a un hecho de 2011, cuando los jugadores de Belgrano y SIC ingresaron con una bandera e hicieron una sentada en repudio a la prohibición de jugar a los rentados. A partir de eso, la UAR les puso el rango de "becados" y la URBA cambió sus estatutos para que estos pudieran representar a sus clubes, aunque se mantuvo inflexible cuando al año siguiente se creó el primer grupo de "contratados"."Estar parado y no jugar no tiene sentido para mí", justificó Lavanini, segunda línea de 20 años, que debutó en los Pumas en el Rugby Championship 2013. "Además, quiero aprovechar el poco tiempo que me queda en el club", dijo, a raíz de su paso a Racing Métro de París, en junio próximo.La UAR lejos estuvo de resistir esta medida. "En el contrato estaba contemplada la posibilidad de renunciar. La decisión era nuestra. A los dirigentes les parece bien que juguemos", agregó Lavanini. Con esta medida, estos rugbiers mantienen ritmo de juego y de paso jerarquizan un certamen que la UAR relanzó este año con estridencia. Otros implicados prefirieron no hacer declaraciones, pero admitieron que la UAR...

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