Desvelada. Historias entre medianeras

Corte transversal. Para el curioso, una fachada expuesta, único vestigio de algún edificio recientemente derribado, invita a imaginar quiénes vivieron antes allí, cómo era su hogar y qué tipo de vida llevaban en el día a día

En una esquina tiraron abajo un viejo caserón de varios pisos y los restos de un conventillo que se encontraba al lado, seguramente para construir un moderno edificio de paredes que brinden una dudosa privacidad y alberguen vecinos entusiasmados por los espejitos de colores de un salón de usos múltiples o SUM. La verdad es que no es tan salón ni sus usos tan múltiples, apenas algunos asados y cumpleaños infantiles. Sin embargo , la triste suerte que corrió el edificio original dejó impreso sobre la medianera un rompecabezas gigante que permite rearmar (con un poco de imaginación) los diferentes espacios que formaron lo que alguna vez fue la casa. Los ángulos rectos de los escalones de la escalera a los pisos superiores, alguna arcada de ingreso, las marcas de los cuadros que estuvieron colgados allí y dejaron su impronta sobre la pintura. ¿Serían originales? ¿O se trataría de fotos familiares enmarcadas? Sin embargo, lo que más me gusta es encontrar las tramas de la decoración interior de cada ambiente. En este patchwork inmenso reconozco un cuadrado de azulejos de lo que seguramente fue un baño remodelado en los años 50 (el color y el tamaño de los azulejos lo delata). Al lado, los restos descoloridos de un empapelado de flores; más azulejos (de cocina esta vez) y jirones de lo que habría sido un ambiente entelado con un estampado en flores de lis y hojas de acanto como las que se acumulan arriba de una columna corintia.

Sigo con la mirada los restos de lo que debió haber sido un cuarto con boiserie (solo quedan remanentes inutilizables de madera, lo otro ya debe haber sido vendido) hasta un rectángulo blanco (¿un pasillo?) con una mancha que desde lejos parece carbonilla esfumada, la huella de una estufa a gas que no debía quemar tan bien.

Mirando los rectángulos planos trato de recrear cada habitación e invento los personajes que vivían y circulaban por ahí. Como en una casa de muñecas gigante, con ese corte transversal que permite espiar lo que sucede en cada en cada uno de los ambientes en simultáneo y sin que sus diminutos ocupantes se den cuenta de que uno los espía en sus vidas cotidianas, voy reconstruyendo escenas. Ahí se dormía, bajando la escalera se llegaba a ese comedor que tiene una mesa alargada para una...

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