Con destino de clásico

LOS ANGELES.- En los estudios de animación de Disney no se hacen películas. Acá, en este colorido edificio que hace esquina en una cúpula con la forma del famoso sombrero que usaba Mickey Mouse en el segmento "El aprendiz de brujo" de Fantasía, se hacen clásicos. Films de animación que hace más de siete décadas consiguen barrer con las fronteras, los idiomas y las diferencias generacionales. En aquel entonces, cuando Walt Disney decidió que el primer largometraje de su estudio sería Blanca Nieves y los siete enanitos, la historia de una princesa inauguró una tradición a la que Frozen: una aventura congelada se sumará desde pasado mañana.Ya no estamos en los tiempos de La cenicienta ni La bella durmiente ni La sirenita, por nombrar apenas un trío de los muchos films creados en este estudio ubicado en Burbank, un barrio de autopistas enclavado más allá de la frontera del glamour de Hollywood y más acá de las fábricas de cine y TV que se ven en el mundo. Ahora, a las protagonistas de Disney ya no les alcanza con nacer en un castillo de ensueño: además de pertenecer a la realeza, deben ser lo más reales posibles."Durante todo el proceso de trabajo nos repetíamos: «Hay que hacerla real». Queríamos un personaje creíble, que rompiera con los moldes establecidos. En algún momento nos olvidamos de la responsabilidad y lo que significa hacer una película no ya con una sino con dos nuevas princesas Disney, porque empezamos a contar una historia sobre dos hermanas", dice Jennifer Lee, la guionista y directora debutante, que compartió tareas con el veterano de la animación Chris Buck.Y el dúo tuvo éxito en lo que muchos -hasta sus primos de Pixar con Valiente - fracasaron. A pesar de la carga de estar ligeramente basada en el cuento La reina de l as nieves, de Hans Christian Andersen, y de ser uno de los tantos proyectos que figuraban en la carpeta del viejo Walt, Frozen: una aventura congelada es mucho más que la suma de sus princesas. Tal vez porque da la casualidad de que Elsa y Anna no están demasiado preocupadas por sus trajes de gala o los caballeros de blanco corcel y sangre azul que las rodean.A las herederas del helado y bellísimo reino de Arendelle -inspirado por los paisajes y las costumbres de Noruega- lo que no las deja dormir es su complicado vínculo. Especialmente a Anna, la menor, que no puede entender por qué Elsa ya no quiere pasar tiempo con ella cuando de nenas solía ser su inseparable compañera de juegos (una relación que se muestra y se...

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