Despejó los fantasmas, y ganó

Con una ráfaga de fútbol, River se desahogó. Con decisión y paciencia, se impuso con facilidad a un rival limitado, de los más flojos que ofrecerá el Clausura. Sumó puntos importantes, que le posibilitan tomar oxígeno en la tabla de los promedios, y se repuso de la confusión que lo dominó en el primer tiempo y que casi lo deja vacío. No es poco en tiempos de escasez, de austeridad. Con esos sencillos argumentos se atreve a mirar con optimismo el futuro, aunque todavía tiene ciertos rasgos por corregir para ser ser considerado un candidato. Algo es inobjetable, porque el resultado 2-0 no admite discusiones; sin embargo, no debería aferrarse solamente a lo que enseñó ayer en el Monumental ni contagiarse de la euforia de la gente, porque no todas las semanas tendrá enfrente a un equipo de tan escaso vuelo para lastimar y tan endeble para discutir el desarrollo como Huracán.El cambio de apenas un nombre modificó las características del esquema que expuso el técnico Juan José López, que no se alteró respecto al que presentó hace una semana ante Tigre. Otra vez, Jota Jota se volcó por un 3-4-2-1. Pero la aparición del tucumano Pereyra en la banda izquierda ?en el debut ese lugar lo ocupó Juan Manuel Díaz? le ofreció dinámica al equipo y, fundamentalmente, compañía a Lamela y Lanzini para gestar peligro. El juvenil fue punzante y abrió surcos por el lateral, siendo el jugador más claro de River en el primer tiempo. No necesitó mucho, porque el capítulo inicial fue un fiasco, una demostración futbolística muy débil. Porque Acevedo se adueñó de la pelota y se empecinó, probablemente por su perfil, en rastrear siempre a Pereyra. Se excedió, no tuvo la clarividencia para descubrir que Paulo Ferrari siempre escalaba vacío por la derecha. El rosarino explotó su velocidad y la inexperiencia del chaqueño Angeloff, que quedó perplejo e incrédulo por estar desempeñándose en el Monumental y nunca retrocedió para tapar sus subidas.River hacía daño por los costados, aunque no siempre encontraba a Pavone, que ayer jugó menos de espalda al arco rival y prefirió recostarse sobre las bandas. Y sin el Tanque, que no esquivó la fricción y cuando hizo de pivot fue determinante ?en el primer tiempo asistió a Lanzini, que estrelló un remate en el poste?, las responsabilidades para romper el cerco eran de los estrategos. Y en ese flojísimo primer capítulo, Lamela fracasó y Lanzini aportó con relativa intermitencia.El...

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