La era del desengaño y la hipocresía

Hay seis lobistas que ya no se reúnen y no por falta de tiempo. Miguel Acevedo, Adelmo Gabbi, Daniel Pelegrina, Julio César Crivelli, Jorge Di Fiori y Javier Bolzico no tuvieron este año ni uno solo de esos almuerzos en los que cada uno de ellos, nucleados en el Grupo de los Seis, podría dedicarse a hacer catarsis sobre la situación económica y política. Lo hacían con frecuencia hasta diciembre de 2015. Los problemas son casi los mismos, pero cambió el modo en que se relacionan con el poder. Contra todo estaba mejor definido: el enemigo era ese populismo que tanto los espanta y sin el cual, pensaban, la Argentina se encaminaría definitivamente al destino que se merece. Pero algo falló. representa hasta ahora para ellos una decepción, más por no haber podido que por no haber querido, y eso dispersa un poco todos los reclamos: el camino que elegiría para quejarse la industria no es igual al del comercio, el agro o el sector financiero. Sin proponérselo, el Presidente consiguió aquello por lo que trabajó sin éxito su antecesora: dividir la mesa.No es relevante a la luz de los problemas macroeconómicos. Pero sí un efecto residual que viene con el cambio de actitud y daña el clima de negocios: haber constatado que el fin del kirchnerismo no era la clave del despegue les dejó a los empresarios un desencanto con pocos precedentes en democracia. ¿Qué puede venir después de Macri? ¿Y quién es capaz de encontrarle la vuelta a un país que combina niveles de productividad de América Latina y aspiraciones sociales de Estado de bienestar europeo? "Esto se lo tirás a Churchill y fracasa", exageró anteayer a este diario un miembro del sexteto. La polarización contribuyó al desaliento. El Presidente y su equipo no cumplieron con las expectativas económicas, pero se las ingeniaron para que el kirchnerismo asomara hasta ahora como el único gran contrincante para octubre. Los empresarios votarán entonces para darle, en el mejor de los casos, una segunda oportunidad a una apuesta fallida. "Se define entre el peor y el menos peor del barrio", grafican en el Grupo de los Seis.El diagnóstico debe ser interpretado con el prisma de un escándalo, la causa de los cuadernos, que no solo deja a varios al borde de la cárcel, sino que en algunos sectores, como en la construcción, terminó de paralizar la actividad. Los pocos proyectos de participación público-privada se frustraron definitivamente en febrero, con las últimas indagatorias a ejecutivos. Solo empezó uno: el de...

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