Cómo desencallar la economía de la Argentina

Una profunda desregulación y una simplificación tributaria constituyen una de las claves de los cambios de fondo que necesita la Argentina para que se desarrolle su actividad económica

En diciembre de 2022 nuestra selección de fútbol se consagró campeona en Qatar, y en abril de 2023 la revista Taste Atlas coronó al choripán como el mejor hotdog del mundo. Estamos condenados al éxito, qué duda cabe. Sin embargo, no hay turista que no salga espantado por el estado calamitoso de nuestra economía.

"Esto se arregla con un ancla monetaria", dicen algunos, entre los que están los impulsores de la dolarización. "No, lo que hace falta es un ancla fiscal", dicen los que creen que un corsé monetario no aguantará sin equilibrio en las cuentas públicas.

Cuando un gobierno gasta más de lo que recauda, se endeuda, y si lo hace en exceso el mercado, eventualmente, le baja la persiana. Ahí solo le quedan dos opciones: eliminar el déficit o recurrir al Banco Central.

Si, por ejemplo, el Banco Central ya no existiese, habría que reinventarlo o reabrirlo. Esto fue lo que pasó en 2002, y es lo que sospecho que sucedería hoy si avanzáramos hacia una dolarización con el tema fiscal todavía irresuelto.

Entre las dos anclas, prefiero la fiscal, aunque nuestros problemas no se van a resolver bajando algunos gastos o imponiendo una regla de equilibrio estructural, como la de Chile, que obliga a ahorrar en años buenos para poder gastar en los malos. Así como el corsé monetario de la Convertibilidad no aguantó las presiones del fisco, no creo que un corsé fiscal pueda aguantar las presiones de una economía estancada.

Los economistas distinguen entre variables endógenas y variables exógenas: las que se resuelven dentro del modelo (por ejemplo, las cantidades o los precios en un modelo microeconómico de demanda y oferta de la carne) y las que vienen de afuera del modelo (como las preferencias de los consumidores, la tecnología, o el clima).

A nivel macro, uno podría argumentar que el régimen monetario es endógeno. Al margen de lo que establezca la ley, un país sin disciplina fiscal va a converger en equilibrio hacia un régimen monetario blando, que permita financiar sus déficits con emisión. Cuando el uno a uno crujió en 2001 y exigió una reducción del gasto del Estado, los políticos tiraron la Ley de Convertibilidad por la borda y licuaron jubilaciones y salarios con inflación.

Con la misma lógica se podría decir que el régimen fiscal es endógeno. Buena parte del...

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