La descoordinación en el equipo económico complica el manejo de la crisis

Martín Guzmán, Cristina Kirchner, Alberto Fernández, Horacio Rodríguez Larreta y Sergio Massa, ayer, en la quinta de Olivos ,245x175mm

Alberto Fernández fue claro en su mensaje: acordar con los empresarios era un gesto que el Presidente buscaba por los efectos dinamizadores, como por ejemplo en la negociación con el FMI, y para recuperar algo de la magullada confianza que perdió con los hombres de negocios. Del otro lado del teléfono, el secretario de Comercio Interior, Roberto Feletti, se comprometió a lograrlo. Incluso, le anticipó a Fernández que las conversaciones eran positivas.

Pero todo cambió en menos de 24 horas. Feletti, sin avisar, anunció el congelamiento de precios, lo que derivó en una nueva crisis que obligó al Presidente y a su jefe de Gabinete, Juan Manzur -un acuerdista empedernido que también anunciaba en privado los avances de las charlas con los empresarios-, a tener que defender en público una medida con la que no comulgan y que se resolvió en la terminal de poder que domina la vicepresidenta Cristina Kirchner. El episodio sucedió hace exactamente una semana.

La falta de coordinación que atraviesa al área económica expone las debilidades y amenaza con acrecentar la crisis. Los problemas se acumulan y cada funcionario aplica sus recetas en solitario. T odas las medidas tienen el mismo objetivo: recuperar el terreno en la pelea electoral o, al menos, recortar la ventaja que sacó Juntos por el Cambio en las PASO.

Roberto Feletti, secretario de Comercio Interior, encabezando la reunión con empresarios alimenticios también.

El cortoplacismo es rector de todas las decisiones. Después del 14 de noviembre, fecha de las elecciones legislativas, se revisará todo lo que se anunció desde el terremoto electoral del 12 de septiembre, según admiten en importantes despachos de la Casa Rosada.

El inesperado resultado de las primarias produjo un cisma político que trastocó la organización interna de un Gobierno que ya gestionaba de manera bifronte en la cúpula del poder, muchas veces improvisada y con loteos en prácticamente todos los ministerios.

Si anteriormente, en el staff del gabinete económico, los ministros (que responden a Alberto Fernández) y las segundas o terceras líneas (cercanas a Cristina Kirchner) interactuaban desordenadamente entre sí, ahora esa coordinación dejó de existir. Las primeras líneas abandonaron el protagonismo de la gestión económica.

Julián Domínguez, Cristina Kirchner, Juan Manzur y Alberto Fernández

El...

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