Los desafíos que habrá que enfrentar en pos del desarrollo

Los desafíos de la economía

La Argentina es un país curioso: si alguien se ausenta unos pocos meses, cuando regresa puede encontrarse con un panorama inesperado; en cambio, si la ausencia se prolonga algunos años, encontrará el mismo país del que se fue. Paradójicamente, en la superficie las circunstancias cambian todo el tiempo, pero la estructura socioeconómica se mantiene inmutable.

Es por eso que nos resulta tan difícil anticipar las perspectivas inmediatas de la economía argentina en el corto plazo. Actualmente, la incertidumbre acerca de los efectos del ajuste sobre la evolución de los desequilibrios macroeconómicos imprime una alta volatilidad a los mercados financieros y, con ello, a la economía en su conjunto. A eso debemos sumarle las potenciales consecuencias de las PASO y los resultados electorales posteriores. Así, tratar de hacerse una idea sobre dónde estará la economía en términos de actividad, inflación y tipo de cambio en los próximos meses es una tarea muy compleja, como se advierte cuando se observa cómo divergen los pronósticos de los especialistas.

En cambio, si tratamos de conjeturar cómo estaremos en un lapso mayor, digamos en un horizonte de dos o tres años, es posible encontrar algunas certezas sobre el futuro de la economía argentina. Estas certezas surgen de considerar lo que típicamente ocurre cuando un país emergente sufre una crisis cambiaria y procura sortear las dificultades para refinanciar a tasas razonables parte de su endeudamiento externo con el auxilio del FMI.

Dado que la deuda externa está actualmente por encima del 55% del PBI, el doble del nivel de 2015 y, en el mejor de los casos, solo bajará lentamente en los próximos años, lo primero que puede afirmarse es que, forzada por la imposibilidad de acceder al financiamiento voluntario en los mercados financieros internacionales, la economía deberá hacer un fuerte esfuerzo para mantener a raya la relación entre el ingreso y el gasto de sus ciudadanos, lo cual implica en la práctica que la balanza comercial se mantenga superavitaria por un período prolongado. En otras palabras, el ingreso por exportaciones no solo deberá ser suficiente para pagar las importaciones, sino también para financiar la diferencia entre los vencimientos de intereses y capital y el nuevo financiamiento disponible en el mercado internacional.

En otras palabras, en un contexto semejante, el superávit comercial debe ser suficiente para alcanzar un resultado en cuenta corriente...

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