El desafío de entender a la 'generación Y'
El mundo empresarial se encuentra con algunos obstáculos para comprender a la nueva generación de jóvenes, o los incentivos que necesitan para involucrarlos. Los han etiquetado como "generación Y", denominación utilizada con más frecuencia para expresar sus carencias que sus virtudes: no se comprometen, no entienden la lógica de las organizaciones, no están dispuestos a hacer esfuerzos extraordinarios, no entienden un sistema de jerarquías, afirman los empresarios.
El estudio "Desconectados" del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) sostiene que la principal dificultad que se les plantea a los empresarios en las búsquedas de jóvenes para sus organizaciones es la de las competencias socioemocionales. En varios estudios del Centro de Estudios en Políticas Públicas (CEPP), se les preguntó a los jóvenes por el sentido de asistir a la escuela. Y respondieron así:
- Para terminar. Poder decir que "tengo el título" y empezar todo eso del futuro...
- Para trabajar de lo que estoy estudiando. Poder formar una familia.
- Yo quiero ser jugador de rugby. O fútbol. Y chef… necesito estudiar para eso.
- Yo estoy haciendo un curso de liquidación de sueldos.
- Yo voy a seguir kinesiología... o medicina.
Hace algunas décadas, la respuesta era porque me mandan, porque hay que estudiar, o porque todos lo hacen. Estos jóvenes no suelen justificar lo que hacen por el mandato social o el de sus padres. No se justifican diciendo "porque hay que trabajar", "hay que casarse", "hay que portarse de determinada manera".
Estamos ante una generación que se siente más libre, o al menos, menos controlada. Pero que necesita construir sentido para vivir. Los jóvenes se han acostumbrado a los "por qué"; sus padres les explicaron todo, preguntaban y recibían respuestas. Les explicaron por qué se divorciaban o cambiaban de trabajo o no podían comprarles lo que pedían, o por qué les habían gritado. No han escuchado demasiados "porque sí" o "porque es así" o "porque te lo digo yo". Necesitan comprender para avanzar, funcionan con el "combustible" del sentido. Pero cuando éste no aparece o escasea a su alrededor, se paralizan, salen del camino, o renuncian a las organizaciones en las que actúan.
Tiempo atrás, una profesora de química contaba que un alumno se le plantó y le dijo que no entendía para qué servía la Tabla periódica de elementos que les había pedido. Cuando éramos alumnos, pocos entendíamos para qué servía, y aprendimos a usarla "de memoria", porque teníamos que...
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