Desafiado : la reconstrucción, con un listón muy alto

Es cierto que derrotar a España, el campeón del mundo, y ganarle el clásico sudamericano a Brasil, no son mojones menores, pero tampoco han significado más que un mero prólogo para el ciclo de Sergio Batista al frente de la Argentina. El año nuevo traerá el comienzo de los compromisos fuertes. Y 2011 exigirá respuestas. Será una temporada cargada de compromisos, desde amistosos de elite, pasando por la Copa América en el país y el comienzo de la ruta clasificatoria para Brasil 2014. No tendrá descanso el Checho y en cada prueba los murmullos populares y la lupa de la prensa lo estudiará, le demandará progresos y signos de recuperación después de años de abandono en la selección. Porque los últimos fueron los peores en tiempos modernos. La demanda será muy alta, es cierto, pero la descalabrada herencia exige una inmediata reparación.Batista llegó un poco de casualidad al cargo. Sin consensos ni como consecuencia de los debates que el fútbol argentino se hubiese merecido. Pero la dirigencia local, asustada y acomodaticia detrás de los impulsos de Julio Grondona, todavía no alcanzó ese grado de madurez. De todos modos, Batista tiene un proyecto en gestación, hasta aquí inestable en su funcionamiento porque quedan detalles por ajustar. Acentuará la renovación generacional y le sumará elaboración a la propuesta de la Argentina. Sueña con emular la filarmónica mecánica de Barcelona, pero más allá de disponer de Leo Messi, el mejor futbolista del mundo, el aceitado trabajo del conjunto culé no es obra de la casualidad. Es más, la estación inaugural será convencer a todos con su partitura.No habrá margen para un manejo dubitativo. Para comenzar, a la Argentina le espera un desafío de categoría: ante Portugal, en Londres, el 9 de febrero próximo. La serie de amistosos de jerarquía podría continuar con uno ante Italia. Pero el primer objetivo trascendente está previsto para unos meses más tarde. Es una vieja asignatura pendiente: la Copa América, que este año, en su 43a realización, tendrá lugar aquí, en el país, con un protagonismo bien federal, y que la Argentina encarará lógicamente con el mayor potencial. La obligación se volverá un rival añadido que deberá domesticar. El torneo se disputará entre el 1° y el 24 de julio, y el conjunto albiceleste, cabeza del Grupo A, se cruzará con Bolivia, Colombia y Japón.Resultará la ocasión perfecta para saldar cuentas. Rumbo a las dos décadas sin pisar el peldaño más alto en el podio de algún certamen ?la Argentina no gana...

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