Los derechos no son privilegios

¿Por qué los periodistas están protegidos constitucionalmente? ¿Por privilegio o por la función que cumplen? Ellos gestionan de manera pública o privada el valor simbólico de la libertad de la palabra, la madre de todos los derechos democráticos, ya que solo con libertad se puede reclamar la falta del pan o del trabajo. Ellos median entre la información del Estado y la ciudadanía, se les protege para elevar la calidad de la deliberación democrática: ciudadanos desinformados o manipulados no son competentes para la vida pública y quedan a merced de los aventureros de turno que disfrazan la propaganda como información.

El valor institucional de la libertad de expresión ha sido consagrado en el mundo democrático por el artículo 19 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, el artículo 13 del Pacto de San José de Costa Rica; en nuestra Constitución reformada, cuya filosofía jurídica otorgó rango constitucional a los Tratados Internacionales de Derechos Humanos, el artículo 14 y el 75, inciso 22, protegen y garantizan la libertad del decir, la inimputabilidad de la opinión. El artículo 43 al regular el "hábeas data" incluyó la protección al secreto de las fuentes de información.

De modo que la reserva de la fuente afianza todo lo que significa la democracia, decir libremente, no ser molestado por las opiniones, acceder a la información y participar de la deliberación pública. La contrapartida es la responsabilidad con ese privilegio de vivir en libertad sin que nadie nos decrete cómo pensar, ni la palabra se convierta en una daga al servicio del odio y la violencia.

En la Argentina democrática también cayeron los resabios autoritarios de los delitos de desacato y calumnia e injuria para garantizar ese valor superior que se otorga a la libertad de expresión. Sin embargo, ¿por qué existe tan escasa conciencia sobre el papel de la prensa como inherente al sistema democrático y mal se interpretan los derechos como privilegios? Sobrevive un pragmatismo ramplón, ignorante de los principios democráticos. En las aulas en las que se forman los futuros periodistas, por pereza intelectual o concepción antidemocrática, se hace de una rima una confusión al equiparar la libertad de prensa con la libertad de empresa. Concepto, este último, que al igualar la información con una mercancía revela el desprecio a la información como un derecho, es decir, un desprecio a la democracia.

Años de autoritarismo y ocultamiento distorsionaron culturalmente el...

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