Por un derecho penal al servicio de una sociedad más justa

Carlos Zannini en la presentacion del libro Lawfare de Rafael Bielsa

En sociedades desiguales como la nuestra, el derecho suele servir a la preservación de un estado de cosas injusto, desalentando el cambio social. Históricamente, las ocasiones en que el derecho se ha convertido en herramienta decisiva para la construcción de una sociedad más justa han sido pocas, pero son las que justifican que mantengamos nuestro compromiso con el derecho, a pesar de todo. Una de tales situaciones excepcionales, en las que el derecho contribuyó decisivamente a la igualdad, se dio a mediados del siglo xx, en el marco de disputas profundas y de largo aliento, en torno a la (in)justicia racial. Me refiero a los movimientos que se sucedieran en los años 60, contra formas intensas de discriminación racial, auspiciadas y sostenidas desde el Estado. Hay mucho que aprender de aquellas experiencias, para pensar sobre el derecho argentino actual, en su disputa contra otro "drama de época": la corrupción pública.

Si hubo progresos hacia la igualdad racial favorecidos por el derecho, dichos progresos tuvieron que ver, muy al principio, con cambios normativos. Por ejemplo, en el caso de EE.UU., la Enmienda XIV -la de la igualdad racial, que siguió a la guerra civil- fue adoptada tempranamente, en 1868. Solo mucho después aparecieron los nuevos principios interpretativos, presunciones y cargas, que permitieron dotar de vida real a las viejas reformas legales. En la batalla por la igualdad racial fue crucial el abandono que hicieran los tribunales del principio de "separados pero iguales". Dicho principio, auspiciado en su momento por los jueces más conservadores, sostenía que los requerimientos constitucionales sobre la igualdad no eran violados cuando, por ejemplo, se obligaba a "blancos" y "negros" a ir a escuelas diferentes, o cuando se impedía que los afroamericanos tomaran los mismos autobuses que los blancos: lo que el principio de la igualdad constitucional exigía -decían aquellos jueces- era que "blancos" y "negros" pudieran ir a la escuela o tomar el autobús, y no que fueran a la misma escuela o tomaran el mismo autobús. Así, hasta que llegó el famoso caso Brown vs. Board of Education, en 1954, que puso fin a aquel viejo principio interpretativo ("separados pero iguales").

Los tribunales, entonces, hicieron posible el histórico ingreso de una niña de color en una escuela a la que, hasta entonces, solo accedían los "blancos." Por supuesto, los abogados y...

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