Denunciaron que fue usurpado un chalet que Lily Süllös poseía en un barrio parque

Tres semanas después del hallazgo de los cuerpos de Lily Süllös, de 84 años, y de su hermano Luis, de 75, en la casa en la vivían en la ciudad de La Lucila, una amiga de la astróloga, la misma que recibió el mail en el que se hacía referencia al suicidio, denunció que fue usurpada la quinta que los hermanos poseían en el barrio cerrado El Remanso, del partido de Exaltación de la Cruz."Dos días después de la muerte de mi amiga fui con mi esposo a la quinta. Tanto Lily como Luis hace tiempo que no iban porque no querían manejar semejante trayecto. A pesar de la amistad que tenía con ellos no conocía la casa. Entonces, encontré a una persona que se identificó como Marcelo. Dijo que era el jardinero y que le pidió a su hija que se instalara para evitar que la usurparan", explicó la artista plástica Aniko Szabó.Esta vivienda del barrio parque El Remanso y la casa de Díaz Vélez 1360, donde ocurrió el trágico episodio, eran los únicos bienes que poseían los hermanos Süllös. Ninguno de ellos tenía hijos, no habían dejado testamento y hasta ayer no conocía ningún heredero en nuestro país.Sin embargo, Szabó confirmó a LA NACION que encontró en Hungría a un primo hermano de la astróloga que, tal como se denomina en derecho "tendría vocación hereditaria". Esto significa que por el grado de consanguinidad estaría habilitado por la ley de iniciar el trámite de sucesión de las propiedades. El primo de los Süllös tiene una empresa dedicado a al servicio de catering."Ellos siempre hablaban de que tenían gente en Hungría. Entonces, después de las muertes, revisé una agenda, llamé por teléfono al primo con el que mantenían contacto y le comuniqué la noticia trágica. Nunca hicieron un testamento", explicó la artista plástica.Además, Szabó aseguró que la decisión del suicidio no surgió porque la astróloga hubiera sido afectada por alguna enfermedad maligna."El día que ocurrió la tragedia abrí mi correo electrónico cerca de las 11. Cuando vi el mail que me mandó Luis no podía creer lo que leía. Entonces, me fui hasta la casa de ellos, desde Palermo hasta La Lucila. Durante el trayecto llamé al celular de Luis y al teléfono de línea de la casa, pero nadie contestaba. Llegué y toqué el timbre. Pero, ante la falta de respuestas intuí que no podía hacer nada. Entonces, les pregunté a los vecinos si habían escuchado algo o si los vieron. Nadie había advertido nada fuera de los normal", recordó Szabó, que tuvo que identificar los cuerpos que estaban en la vivienda.La artista...

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