El default y sus probables consecuencias

El fracaso de las negociaciones entre el gobierno argentino y los representantes de los bonistas que no ingresaron en los canjes de deuda de 2005 y 2010 y obtuvieron una sentencia favorable de la justicia estadounidense ha derivado en un , cuyas consecuencias serán muy graves para el país, en la medida en que esta situación no pueda ser resuelta en lo inmediato.Si bien hay consenso entre el mayor número de analistas económicos que la actual no es comparable con el más difícil contexto en que se produjo el default de fines de 2001, los argentinos no seremos inmunes ante los efectos del nuevo escenario.Probablemente, la principal consecuencia negativa guardará relación con una nueva desilusión, a partir del quiebre de las expectativas favorables que se habían generado tras los acuerdos que el gobierno nacional había logrado con las empresas que demandaron al país en el Ciadi, con la española Repsol para indemnizarla por la expropiación de sus acciones en YPF y con los países acreedores agrupados en el Club de París. Ese camino había permitido en los últimos meses avanzar hacia una gradual baja del riesgo país. Sin embargo, el nuevo default constituye un retroceso en ese sendero hacia el retorno al mercado internacional de crédito.Así, pese a que los funcionarios del gobierno de Cristina Kirchner se jacten de que la Argentina no recurrirá al endeudamiento externo, lo cierto es que el país seguirá autocondenándose y desaprovechando una magnífica oportunidad para financiarse a tasas insólitamente bajas en el mundo, a diferencia de lo que han venido haciendo todos sus países vecinos.El cierre de los mercados de deuda soberana para la Argentina dificultará aún más el financiamiento para la actividad privada y para los gobiernos provinciales, los cuales deberán ajustar sus gastos sensiblemente o recurrir a nuevos préstamos del gobierno central, con su secuela de mayor emisión monetaria e inflación.Una cesación de pagos prolongada también derivaría en un menor nivel de actividad económica, como producto de una creciente retracción inversora en el turbulento clima actual y de una probable fuga de capitales, que provocará presión sobre el mercado cambiario y sobre el nivel de reservas del Banco Central.La imposibilidad de acceder al crédito internacional en el actual contexto de creciente desequilibrio fiscal, tanto nacional como provincial, podría conducir a nuevas medidas para evitar la salida de dólares del país, que se traducirían en la profundización del cepo...

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