Una decisión excepcional que cambia casi todo

La mayor excepcionalidad que los argentinos vivos hayan visto lo cambió todo. La pandemia del coronavirus y sus efectos conocidos explican, justifican, ameritan y hacen socialmente aceptables m como las que el Gobierno tomó ayer, con el apoyo de toda la oposición. La restricción casi total de la libertad de circulación es un mensaje clarísimo para todos de que hay un bien superior en riesgo.Alberto Fernández emergió, así, en ejercicio de toda la autoridad y todas las atribuciones que le confiere la Constitución Nacional. También ahora acumula sobre sí toda la responsabilidad frente a la emergencia. Se constituyó, casi en un instante, en el jefe político indiscutible de los argentinos. Fin o paréntesis, al menos, para disquisiciones sobre los liderazgos.Las experiencias internacionales avalan lo hecho. En medio de la zozobra y la incertidumbre cualquier demora hubiera resultado difícil de aceptar por la ciudadanía. Y muy complicado de superar para el Presidente. Ya lo están sufriendo otras sociedades. Y los están comprobando en carne propia otros jefes de Estado y de gobierno.Nadie sabe cómo, dónde y cuándo terminará lo que empezó en el mundo hace casi tres meses. Tampoco cuándo concluirán en la Argentina estas limitaciones que acaban de imponerse ni cuán efectivas resultarán, pero es lo que los expertos consideran que había que hacer.Sí se sabe que se dispusieron 17 días después de que se confirmara la existencia del primer caso en el país, cuando se constató que un centenar de personas habían contraído la enfermedad. Eso es mucho antes de lo que lo hicieron otros países y con menos contagios comprobados. La experiencia enseña y, a veces, se aprende. Esto es lo que procuró demostrar el Gobierno, después de algunas subestimaciones o dilaciones iniciales. Parece haberlo logrado.Una medida con todo el avalEncontrar el momento oportuno para adoptar decisiones excepcionales y hacer frente a situaciones imprevistas de consecuencias masivas e imprevisibles suele ser tan dilemático como definir la magnitud de las medidas. Eso explica por qué se resolvió ayer lo que cinco días atrás Fernández ya consideraba que había que hacer.Las conversaciones con gobernadores y legisladores oficialistas y opositores terminaron por otorgarle al Presidente el respaldo que necesitaba para tomar la decisión.El peso simbólico del apoyo de todos los sectores políticos, sin distinción, es tan relevante como la importancia operativa que tiene. Para hacer efectivo el...

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