Una década de gestión bajo el agua

Dos o tres golpes violentos sacudieron y abollaron el baúl del auto que llevaba a Daniel Scioli. Era la mañana del jueves y el gobernador acababa de subir al vehículo oficial. Adelante, un camión bloqueaba el paso. Con diplomacia de policía bonaerense, un agente ordenó al conductor apurarse y liberar la salida. Arrancaron. Fue un http://www.lanacion.com.ar/1569105-cristina-suspendio-el-acto-que-tenia-previsto. Metáfora de una hendija en la invulnerabilidad popular del ex motonauta: la situación es demasiado grave como para que vuelva a quedar exento de costos. Es cierto que, a pocos metros, http://www.lanacion.com.ar/1569477-alicia-kirchner-hay-agitadores-que-no-quieren-que-se-los-ayude, la estaba pasando peor en el repudio de los vecinos.Scioli ya venía de malhumor el miércoles. http://www.lanacion.com.ar/1569123-cristina-en-la-zona-del-desastre-cuando-era-chica-mi-casa-se-inundo-se-lo-que-es-perder-todolo había sorprendido sin aviso. Se sumó, entonces, como siempre, por cuenta propia a la iniciativa. Por la noche, llamó a José Ignacio de Mendiguren, presidente de la Unión Industrial Argentina (UIA), y le pidió colaboración. Temía saqueos a locales y supermercados. El textil contactó a funcionarios bonaerenses con Carlos de la Vega, líder de la Cámara Argentina de Comercio, y se comprometió a convencer en la UIA de coordinar, a través de la alimenticia Copal, algunas donaciones.La desgracia volvió a sorprender a la política argentina en un feriado, esta vez con una certeza casi generalizada: se está frente a una sociedad menos tolerante que hace un año, tras las muertes de Once. Un líder comunal lo analizó ante este diario así: "La gente estaba de vacaciones. En diez días, cuando todo haya pasado, se aplaquen las donaciones y sigan los daños, ¿quiere saber cómo nos van a putear a los políticos?".La presunción se suma al convencimiento empresarial de que, aun sin inundaciones, la recuperación económica venía ya con menos bríos que los imaginados a fines del año pasado. Este pensamiento podría incluir una dudosa y módica tregua. Por unos días, la gestión pública quedaría en el centro de la discusión y alejaría las embestidas de siempre desde el poder: amenazas con romper la UIA, pedidos de sumarse a cámaras afines, acusaciones por ser formadores de precios, congelamiento infinito.No fue así. Ya el miércoles, en medio de la convulsión y los muertos, empezaron los pedidos y los señalamientos. Julio De Vido arremetió contra las telefónicas por algo bastante...

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