Dar nos hace felices

La cantidad de gente que en el mundo sufre el mal moderno de la depresión creció un 18% en la última década, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Unos trescientos millones de personas viven sus vidas gravemente afectadas por esta epidemia que desvela a familias tanto como a gobiernos, a médicos y psicólogos, y que puede conducir anticipadamente a la muerte.

Para contrarrestar esta realidad, se trabaja denodadamente en identificar qué nos hace sentir bien, individual o colectivamente, información que se ha comenzado a considerar a la hora de diseñar políticas públicas. Desde hace cinco años celebramos el 20 de marzo como el Día Internacional de la Felicidad, elaboramos rankings mundiales de bienestar y alimentamos un floreciente y redituable negocio de venta de libros de autoayuda, cursos de meditación y herramientas varias por las que los consumidores se muestran más que dispuestos a pagar con tal de acercarse a esos codiciados estados.

Los resultados de una reciente investigación llevada a cabo en Alemania, publicados en la prestigiosa revista científica Nature, intentan explicar la conexión entre la felicidad y algunos procesos neuronales. Contrariamente a lo que culturalmente parece imponerse, no son las actitudes egoístas, sino las generosas las que, se comprueba, impactan más a la hora de vivenciar felicidad.

En un sencillo experimento se asignó dinero a los participantes con...