Daños por fallas de origen en el modelo de Cristina Kirchner

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El esquema que hace 25 meses pintaba como una jugada magistral de Cristina Kirchner para regresar al ejercicio del poder bajo la protección de sus fueros parlamentarios, quedó hecho trizas no sólo por la estrepitosa derrota del Frente de Todos en las PASO sino por la furibunda reacción de la vicepresidenta, al admitir implícitamente por escrito que la declamada unidad era apenas una táctica electoral para enmascarar las inocultables diferencias ideológicas dentro de la heterogénea coalición oficialista.

Esta crisis política afecta la gobernabilidad y es consecuencia de las fallas de origen del modelo vicepresidencialista instaurado por CFK, que evidentemente no incluía en sus cálculos la posibilidad de este prematuro revés en las urnas. Nunca en la historia argentina un Presidente quedó subordinado a su vice, que por lo general podía utilizarlo como fusible. Ahora la presión va en sentido inverso, con eje en la recomposición del gabinete y un nuevo parcelamiento de las áreas ministeriales cuando faltan nada más que ocho semanas para las elecciones legislativas de noviembre.

Si bien era previsible que Alberto Fernández iba a ser culpado por la derrota en las PASO, las duras críticas del ala cristinista soslayan que CFK tuvo a su cargo el armado de las listas únicas de candidatos en los distritos clave (salvo los primeros puestos en la provincia de Buenos Aires y la CABA, delegados en el Presidente) y que en la mayoría el FdT evitó ir a internas, que de hecho son obligatorias para los votantes pero no para los precandidatos.

También la crisis abre un gran signo de interrogación sobre el rumbo económico del Gobierno, que tiene por delante dos años y tres meses de mandato. En este terreno, el daño a la confianza producido en estos días ha sido enorme y difícil de reparar.

La desesperación del cristinismo por revertir en noviembre el resultado de las PASO o, al menos, aumentar su caudal de votos para achicar diferencias, quedó evidenciada tanto en la dura crítica epistolar de CFK a la política económica, como en el irrespetuoso audio de la diputada camporista Fernanda Vallejos contra la investidura presidencial y los ministros albertistas (Martín Guzmán y Matías Kulfas) que califica como "atornillados en sus cargos".

Esta radicalización implica presionar al Presidente para empujarlo a "tirar plata desde el helicóptero", poner más pesos en los bolsillos de los votantes y desentenderse del déficit fiscal.

En términos macroeconómicos, esto...

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