Daniel Barenboim: 'El Papa dice lo que piensa y piensa lo que dice'

Hay costumbres porteñas que no pierde. Una de ellas es comprar alfajores para todos los músicos de la orquesta que viene a dirigir. Lo hizo otros años con la Orquesta del Diván y, esta vez, con la Staatskapelle Berlin.Vamos bajo la llovizna al Petit Colón y, tras una averiguación, el maestro, con la partitura de Tristán e Isolda bajo el brazo, encarga 150 alfajores. Mientras tomamos café, miramos los minutos finales del partido entre Brasil y Bélgica. La decepción de Barenboim no tiene atenuantes. El arquero belga Thibaut Courtois tapa una última pelota. "¡No queda ningún sudamericano!", deplora . En cuanto a Argentina, tampoco consigue explicarse (nadie puede, ni siquiera él, que lo sabe todo) qué le pasa a Messi en la selección.Pero las personas inteligentes son las que pueden pasar de un tema a otro con la mayor velocidad y no fallar jamás en la agudeza. Entre una cosa y otra, el maestro cuenta el redescubrimiento que hizo de Arturo Toscanini después de leer Toscanini: Musician of Conscience, la biografía de Harvey Sachs. "Daría cualquier cosa por haber escuchado la versión en italiano de Lohengrin, de Wagner, que [Enrico] Caruso cantó en 1904 en Buenos Aires dirigido por Toscanini".Es claro que Richard Wagner es el tema, y esto por una razón crucial: Tristán e Isolda quedará también grabado a fuego como el título con el que Barenboim dirigió ópera por primera vez en el Teatro Colón. Eso no es todo. El maestro hará además las cuatro sinfonías de Johannes Brahms, rival de Wagner en el siglo XIX, Imágenes, de Debussy (se cumplen cien años de su muerte) y La consagración de la primavera, de Igor Stravinski, en lo que implicará otro debut: el suyo en la sala sinfónica del CCK. Pero lo primero es Tristán.-Suele decirse que Tristán e Isolda es una ópera sobre el amor, pero más bien parece que lo es sobre la muerte. La consumación del amor entre Tristán e Isolda sucede únicamente en la muerte. ¿Lo cree así, maestro?-Absolutamente. Las dos obras alemanas más famosas en todo el mundo son Tristán e Isolda, y Fidelio, de Beethoven. Desde mi punto de vista, las dos están mal entendidas. De Fidelio, se piensa que es una obra política: el preso, la crueldad y todo eso. Pero Fidelio es la ópera del amor. En cambio, el tema principal de Tristán e Isolda es la muerte.-La posición de Wagner en la historia parece sumamente compleja. Fue casi un fenómeno europeo del que casi nada salió indemne.-Hay compositores que escribieron bellísima música y sin la cual...

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