Cuota Hilton, un ejemplo demoledor

Los prolongados e intensos esfuerzos de la política comercial nacional realizados durante décadas para obtener cuotas de exportación de carnes vacunas han sido sistemáticamente erosionados por conductas administrativas adversas al propósito de aumentar las exportaciones.Una muestra de tal comportamiento ha sido la cuota Hilton, conformada por carnes de alta calidad destinadas a la Unión Europea, y resultado de negociaciones en el marco de la Rueda Tokio del entonces Acuerdo General de Tarifas y Comercio (GATT), en 1980, que proveyeron al país de un ingreso de 5000 toneladas anuales de esas codiciadas carnes con baja tarifa aduanera. A partir de entonces, se sucedieron los esfuerzos por lograr aumentar esa cantidad, sobre las oportunidades brindadas por las incorporaciones de naciones a la hoy Unión Europea (UE), que al reorientar el aprovisionamiento del producto hacia miembros de la unión aduanera y en perjuicio de las exportaciones argentinas, llevaron esa cantidad a 17.000 toneladas. Otra negociación, por el incumplimiento europeo de sus compromisos con la producción europea de soja, sumó otras 11.000 toneladas; se ganaron 1500 más por compensación de los daños ocurridos por la incorporación de naciones del este europeo a la UE. En total, 29.500 toneladas.La diferencia de precio entre el producto amparado en la cuota con otro de igual calidad, fuera de la cuota, es de 3000 dólares por tonelada; al cabo del año suma unos 90 millones de dólares. ¿Qué ha hecho el país con este patrimonio comercial? Las primeras tres décadas transcurrieron con modificaciones en los sistemas de distribución del contingente entre las empresas...

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