El cuñado de Bossio, el monotributista que buscó su firma offshore

Carlos Loira, el cuñado de Diego Bossio, se interesó por adquirir una sociedad en Bahamas y una cuenta bancaria en un paraíso fiscal para concretar una inversión inmobiliaria de varios millones de dólares en Uruguay durante 2013. Pero su plan se desvaneció cuando Mossack Fonseca, la agencia especializada en crear firmas offshore, advirtió su relación familiar con el entonces titular de la Anses y exigió revelar la identidad de sus clientes.

Loira, que ya había quedado bajo la lupa en 2011 por su crecimiento patrimonial, se definió ante Mossack Fonseca como el vehículo para canalizar la inversión de sus "clientes", que sería de US$ 1,5 millones por año, según surge de un extenso intercambio de mails al que accedió LA NACION, como parte del proyecto Panamá Papers, del Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ, en inglés) y el diario Süddeutsche Zeitung.

"Están pensando en una cuenta donde recibir los importes que va a destinar finalmente a un emprendimiento de viviendas sociales en Uruguay (...) los fondos serán transferidos a la cuenta que una sociedad participada abrirá en Uruguay", se explayó el cuñado de Bossio. Y agregó: "Pensamos en un depósito inicial de US$ 50.000 y luego se depositarán entre US$ 100.000 y 150.000 mensuales, no superando en principio los US$ 1.500.000 al año". Luego, detalló que serían "tres o cuatro operaciones por mes".

En diálogo con LA NACION, Loira explicó su intento de operar a través de Mossack Fonseca: "No tengo ninguna cuenta ni sociedad offshore, tampoco mis familiares. Soy contador y en 2013, en mi tarea profesional, una empresa española me solicitó hacer una consulta por una cuenta que finalmente nunca se constituyó".

El trámite entre Loira y Mossack Fonseca se empantanó unos días después, cuando el vínculo con Bossio encendió las alarmas del estudio panameño, que suele analizar la situación de las "personas políticamente expuestas". Sus empleados le enviaron un correo el 3 de julio de 2013 para pedirle explicaciones por cinco artículos periodísticos que revelaban el supuesto crecimiento patrimonial de Loira. Los textos apuntaban a la compra de una estación de servicio de 1400 metros cuadrados en Chacarita que pertenecía a una sociedad de Cristóbal López.

Loira le había comprado por medio millón de dólares una estación de servicio de la marca Oil Combustibles a Inversora MyS SA, una sociedad de López y Fabián de Souza. El cuñado de Bossio tuvo algunas facilidades para quedarse con la...

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