La cuna de Milagro: en Alto Comedero, Macri pidió el fin del clientelismo

SAN SALVADOR DE JUJUY.- Sonia mira en silencio. La pregunta no la sorprende, no hay gestos en su rostro. "¿Viene Macri?", interroga después de unos segundos. Su mirada no esconde la desconfianza que genera un nuevo visitante. "Yo no sé nada de política...", se anticipa, respuesta que repetirán la gran mayoría de las personas consultadas para esta nota.

Es que en el barrio que la Tupac construyó en la zona de Alto Comedero -en el corazón de lo que solía ser el reino de - no hay registro de que un puñado de minutos después el Presidente se presentará junto al gobernador Gerardo Morales, enemigo declarado de Sala.

"La extrañamos mucho", dice Marta, otra de las vecinas del barrio, con una voz casi inaudible. La líder de la Tupac, que está detenida desde enero de 2016 y podría ser beneficiada con prisión domiciliaria en los próximos días, todavía mantiene la fidelidad de una gran porción del barrio. "Antes dejábamos la puerta abierta. Ahora ya casi no podemos salir porque te roban", describe Sonia, que hace diez años vive en el barrio que construyó Sala.

Pero el sentimiento que despierta Milagro Sala se refleja sólo sobre una porción de la población de esta ciudad, minoritaria según el oficialismo local. "¡Es una chorra!", afirma Matías, jujeño por "adopción", que vive en San Salvador hace más de 30 años. "No entiendo cómo en Buenos Aires hablan de los derechos humanos de ella y no de la gente a la que golpeó y amenazó. Hoy se vive tranquilo", sostiene Matías, que hace más de dos décadas que maneja un taxi.

La división es clara y profunda. De un lado de la ruta, el presidente Mauricio Macri juega de local. Se mueve a gusto y cada palabra, cada gesto, es celebrado por centenares de personas que lo escuchan atentamente. Pero a pocas cuadras, en el barrio que la Tupac construyó, el jefe del Estado es un paria al que se lo mira con desdén y desconfianza. El contraste es notable.

Por eso la presencia ayer de Macri en la capital de la provincia fue significativa. No sólo mantuvo el ritmo de campaña, con una visita por día a una provincia antes de las PASO. Además, le brindó un fuerte gesto de apoyo al gobernador Morales, en momentos en que la justicia local podría conceder a Milagro Sala la prisión domiciliaria, tras la reciente resolución de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), en la que recomendó que se le otorgue ese beneficio o la libertad con fiscalización electrónica.

La palabra de Macri era muy esperada, sobre todo por la...

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