Cuando las culpas nunca son propias

En recientes discursos la presidenta Cristina Fernández de Kirchner se ha quejado de que "nos han venido discutiendo todas y cada una de las políticas, diciendo que estos nueve años eran producto del viento de cola y criticando todas y cada una de las políticas. Y hoy dicen que, en realidad, si se crece un poco menos, no es un problema de que el mundo se ha venido abajo, sino que es un problema de las políticas que son, precisamente, las que están ayudando a sostener el impacto de la crisis. La contradicción es básica".No hay contradicción alguna. Esgrimir que la crisis mundial es la causa principal de la recesión argentina es una de las tantas ficciones o relatos que el gobierno nacional nos quiere imponer como realidad.El aislamiento comercial de la Argentina es cada vez mayor. Las barreras al comercio han convertido a nuestro país en el más proteccionista del planeta. La inversión extranjera directa viene cayendo en los últimos años por desconfianza, inestabilidad en las reglas de juego e inseguridad jurídica. Y todo esto es producto de las decisiones del Gobierno y no de la recesión europea. Nadie con un mínimo de sensatez arriesga su capital en un país en el que carece de la seguridad de que podrá retirarlo. Mucho menos si, por si eso fuera poco, las autoridades nacionales pretenden indicarle cuánto podrá ganar.Negar que el "viento de cola" viene ayudando a la economía argentina desde 2003 es un insulto a la inteligencia de los argentinos. Desde 1900 a 2002, cuando tocó su punto más bajo, el precio promedio de las materias primas experimentó una caída anual de 1,2% en términos reales. En los últimos diez años, los precios no sólo recuperaron todo lo perdido durante un siglo sino que alcanzaron nuevos máximos. En el caso de la soja, el precio se cuadruplicó en la última década.Fogonear el consumo interno con subsidios crecientes (en gran medida, financiados con retenciones a las exportaciones agropecuarias) y fácil acceso al crédito es una política que alienta el crecimiento económico en el corto y mediano plazo, pero al costo de hipotecar el futuro.Últimamente han sido necesarios precios cada vez más elevados de nuestras exportaciones agrícolas para compensar los errores de política económica del Gobierno. Sería un grave error asumir que estos precios seguirán aumentando eternamente. Y más grave aún sería basar un programa económico en este supuesto.Contrariamente a lo que sostiene el Poder Ejecutivo Nacional, la Argentina hoy enfrenta un entorno...

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