Contra las cuerdas: Obama, un presidente en el que ya pocos norteamericanos confían

Poco importa que su nombre no aparezca en ninguna boleta. Las de pasado mañana en Estados Unidos serán no sólo una suerte de referéndum sobre la -tan deslucida en los últimos años-, sino sobre todo un ensayo general para la gran carrera por determinar quién lo sucederá en la Casa Blanca.

Sea cual sea el resultado, el martes por la noche habrá otro país. Las encuestas anticipan que el escenario más probable es que los republicanos terminen de noquear al presidente -al que tienen contra las cuerdas desde hace cuatro años, sin capacidad de legislar- y le arrebaten el control absoluto del Congreso.

La encuestadora Fivethirtyeight, reconocida por sus proyecciones, apunta que hay un 69% de posibilidades de que los republicanos logren mayoría en el Senado y así completen la toma del gobierno en el Congreso. Un margen enorme en el que coinciden muchos otros sondeos.

Otra encuesta de The Washington Post reveló que "la gran mayoría" de los votantes norteamericanos descuenta que las elecciones de mitad de mandato arrojarán un Senado republicano y, con él, el dominio de la oposición sobre el Poder Legislativo. Le darían así un duro golpe. Pero, por carácter inverso, de no conseguirlo se asestarían ellos mismos un revés proporcionalmente mucho más contundente aún.

"Si con este panorama los republicanos no consiguen ganar el Senado, tal vez haya llegado la hora de que piensen en dedicarse a otro negocio", advirtió Charles Krauthammer, una de las plumas que, en la página editorial de The Washington Post, suele expresar una mirada de corriente conservadora. Pero eso sólo es el comienzo.

Si es verdad que a partir de pasado mañana emergerá otro escenario político, con una Casa Blanca demócrata y un Congreso republicano, la cuestión es cómo se administrará el poder en esa geografía política que entrará en funciones a partir de enero próximo, cuando asuman los nuevos cargos que surjan de las urnas.

"Todo puede cambiar por completo", describió Carl Meacham, responsable para América latina en el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS, por su sigla en inglés), en diálogo con LA NACION.

La dinámica de lo que pueda surgir se proyecta vertiginosa. Algunos imaginan un fin de ciclo con mucha mayor intensidad que la experimentada en estos últimos cuatro años.

Por de pronto y paradójicamente, uno de los principales desafíos será para los propios republicanos. Internamente están divididos, sin agenda y sin liderazgos claros. No cuentan, pues, con el...

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