Más que un cuento de hadas, la boda de Harry termina de llevar a los Windsor al siglo XXI

LONDRES.- Talento típicamente británico, la capacidad única de aliar tradición, audacia y boato patriótico con apertura hacia otras culturas se desplegó ayer ante los ojos del mundo, cuando el príncipe Harry y la actriz norteamericana Meghan Markle juraron amarse "hasta que la muerte los separe" en el marco grandioso de la capilla Saint George del milenario castillo de Windsor, propulsando a la monarquía a una nueva era.

Símbolo de esa profunda modernización iniciada por la casa de Windsor, la novia no prometió "obediencia" a su esposo. A su vez, contrariamente a un privilegio real reservado a los hombres, Harry decidió llevar una alianza en signo de igualdad. Los anillos. A diferencia de otros miembros de la realeza, el príncipe Harry llevará anillo de casamiento; otro gesto de modernidad fue que Meghan no le juró obediencia

"Estamos comprometidos a modernizar la monarquía británica. No lo hacemos para nosotros, sino por el gran bien de nuestro pueblo", sintetizó Harry en una reciente entrevista al semanario norteamericano Newsweek.

La boda de ayer puso término a un sutil proceso de aggiornamento de la corona, que comenzó en 1997 tras la muerte de la princesa Diana y concluyó ahora con el casamiento de su hijo Harry. Ese ciclo que duró 21 años muestra las características que tendrá la transformación radical que se aproxima.

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Casándose con una actriz norteamericana, tres años mayor que él, birracial, divorciada e independiente, el príncipe Harry, sexto en la línea sucesoria de la corona, se convirtió ayer en vector del cambio radical de una monarquía que ha decidido adaptarse al mundo actual. El desarrollo de la boda, considerablemente influenciado por la cultura afroamericana, dejó en claro la intención de ambos de construir una nueva institución mucho más abierta e inclusiva.

Feminista declarada , Meghan Markle entró sola al templo, acompañada por un grupo de pequeños pajes y damiselas de honor, entre los que se encontraban el príncipe Jorge y la princesa Charlotte, hijos del príncipe Guillermo y su esposa, Kate . En ausencia de su propio padre, que no asistió a la boda tras un confuso episodio mediático, la novia hizo el último tramo del recorrido hacia el altar conducida del brazo por su suegro, el príncipe heredero Carlos de Inglaterra . La recorrida. Tras ser investidos por la reina Isabel, subieron a un carruaje para realizar un paseo por Windsor, donde fueron vitoreados por un mar de admiradores en toda...

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