Las cuatro patas de la economía que el Presidente busca estabilizar

MADRID (De un enviado especial). En los cinco días de agasajos que le brindó España, el presidente reafirmó ante políticos y empresarios el credo gradualista. A la Argentina la precede una fama de imprevisible que él admite antes de que se lo recuerden. Se ofrece, en contraste, como el constructor de un nuevo modelo de largo aliento que permita salir de la recesión con bases sólidas.

Pero el cambio requiere tiempo y paciencia. "Esto es como una mesa", comentó en tertulias reservadas en su gira por palacios madrileños. Una pata es la inflación; otra, el déficit fiscal; la tercera es la deuda y finalmente el empleo. Cuatro variables entrelazadas que requieren correcciones. "Si una sola pata falla, la mesa se nos derrumba", advierte.

El desafío de bajar la inflación asoma como lo más urgente. Por eso considera vital la batalla de la gobernadora María Eugenia Vidal con los docentes bonaerenses, decididos a paralizar las aulas en rechazo al plan de aumentos del 18%.

"Es una cuestión central, porque hace a restablecer la lógica y el sentido común. Necesitamos un cambio cultural. Así como uno en su vida privada no gasta más de lo que tiene, el Estado tampoco lo puede hacer", insistió. Vidal tendrá su apoyo militante en este conflicto que recién comienza.

Pese al alto impacto previsto de las subas de tarifas en la inflación del primer trimestre, el Presidente confía en que la meta anual del 17% que fijó el Banco Central se cumplirá. Se requiere una reducción muy sensible a partir de mayo, comentan en su delegación: "Vamos dentro de las previsiones".

Si a nivel estatal el techo de las paritarias lo marca la inflación, Macri cree que en el ámbito privado hay que instalar la idea de que los aumentos sigan la dinámica de cada sector: la productividad tiene que marcar la raya.

El Presidente dijo en varias de sus intervenciones aquí que sindicatos y empresarios tienen que poner de su parte para que baje la inflación. Al Gobierno, añadió, le toca cumplir con el compromiso de reducir el déficit, la segunda pata de la mesa.

"La Argentina no es sostenible con un déficit de $ 413.000 millones. Y para colmo tenemos una carga tributaria asfixiante. Entonces el rojo que tenés lo pagas con inflación o lo pagas con deuda", evalúa el Presidente.

El financiamiento externo le permitió en sus primeros 14 meses regular el ritmo...

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