Cruje el peronismo en su nervio más sensible

Agreden a Sergio Berni en la protesta de colectiveros

La tropa de seis sindicalistas que visitó a Sergio Massa en su base de operaciones de la avenida del Libertador se apresuró al ventilar los avances de la negociación para exceptuar del impuesto a las ganancias una serie de adicionales salariales. Con cálculo electoral, el ministro de Economía se pensaba guardar esa carta para el 1° de mayo, como un gesto por el Día del Trabajador entre tanta zozobra inflacionaria y promesa incumplida. La cúpula de la CGT se aferró a la palabra del funcionario a pesar de que todavía espera con ansias y algo de desconfianza conocer la letra chica de la resolución que aliviaría la carga tributaria de unos 600.000 asalariados bajo convenio. Hasta ayer no se había oficializado la medida y hay preocupación que el acuerda pueda caerse.

Los gremialistas se llevaron algo más de su procesión por las oficinas de Retiro: se retiraron con la idea de que Massa será candidato a presidente en las próximas elecciones a pesar de no haber podido domar la inflación, que ya sumó 21,7% en el primer trimestre . "Indefectiblemente va a ser. No nos lo dijo de manera directa, pero dio señales", dijo con entusiasmo uno de los dirigentes que estuvo en el cara a cara con el ministro.

La CGT está dispuesta a impulsar la candidatura del ministro a pesar de una serie de amagos de poner la guardia en alto para protestar por el aumento de la pobreza , la caída salarial y la crisis financiera de sus obras sociales. De hecho, una comitiva gremial encabezada por Gerardo Martínez se reunió ayer en el Palacio Bosch con Wendy Sherman , la número dos del Departamento de Estado, a quien le contaron sobre "los esfuerzos" de Massa para intentar ordenar la economía. Intentaron mostrarse como los garantes de la gobernabilidad. La cúpula de la CGT tomó el encuentro con la enviada de Joe Biden como un reconocimiento a su rol de administradora del conflicto social. Creen los sindicalistas que la ayuda de Estados Unidos será determinante para que el Gobierno llegue "estable" al proceso electoral , que comenzará en agosto y podría terminar en noviembre si es que hay ballottage. Hubo incluso una gestión aventurera de Martínez para que se revise el acuerdo sellado con Fondo Monetario Internacional (FMI), un organismo que entre los sindicatos remite a las peores pesadillas, aunque con el que se restituyó un canal de diálogo cada vez más frecuente.

La comitiva de la CGT en el Palacio Bosch, con las...

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