Cristina puso en su lugar a Lanata y al Papa

Qué http://www.lanacion.com.ar/la-salud-de-cristina-t47663, y qué maravilla la Presidenta: tres horas después de la operación ya estaba recibiendo visitas, hablando por teléfono y dando órdenes, incluso algunas en fluido inglés.Cuando http://www.lanacion.com.ar/1627147-internaron-a-jorge-lanata-en-la-misma-clinica-que-esta-cristina-kirchner, pésimamente disfrazado de enfermera sueca, Cristina se dio cuenta enseguida y lo fulminó con una mirada henchida de veneno. "Hola, ¿cómo se siente?", intentó él. Ella, nada. "Se la ve muy bien", insistió con fingida cortesía el tipo que peor la ha tratado en el mundo. Ella, nada. Menos que nada. Seguía mirándolo, gélida, impertérrita en su callado desprecio."¿No es increíble que la vida nos haya puesto en el mismo hospital, el mismo día y a la misma hora?", ensayó , sonrisa falsa, mueca perversa, mientras se sacaba la peluca rubia. "Me comentaron que después de las entrevistas con Brienza y usted había pensado en mí -dijo, desafiando el mutismo de Cristina por la vía del sarcasmo-. Que después de ese entrenamiento quiere sentir la adrenalina de enfrentar a un periodista, el desafío de no contestar preguntas guionadas. Sé que está dispuesta a explicarme cómo multiplicó tantas veces su fortuna desde que es Presidenta; sé que quiere hablarme de la honestidad de , del espíritu emprendedor de Lázaro Báez y de lo que ha luchado para defender la libertad de prensa de 6,7,8, Tiempo Argentino y Víctor Hugo Morales. Le agradezco, pero vine a decirle que no. Creo que no es lo mejor ni para usted ni para estos tiempos que vive la República. Y no insista, porque ya lo intentó Magnetto y fracasó."La señora no podía creerlo. Gordito irreverente, esbirro de la corpo, falso progre, gorila destituyente: todas las calificaciones más lacerantes desfilaban por su cabeza y se las quería escupir. Pero siguió callada. Increíble la disciplina, el autocontrol de una mujer más acostumbrada a lastimar con las palabras que a ignorar con los silencios. Derrotado, Lanata se fue. Cubrió su retirada con palabras vanas: "Tranquila, Cristina, que afuera está todo bien. En la puerta hay multitudes rezando por usted, Scoccimarro está entretenidísimo jugando al vocero desde arriba de un cajón de fruta y Boudou y su sonrisa hacen las delicias del pueblo. Tranquila, Moreno logró sujetar los precios, llueven dólares para el blanqueo, las reservas no dejan de crecer, el Parlamento iraní ratificó el memorándum, el ordenó el cierre de la pastera, D'Elía...

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