Desde Cristina hasta los ministros, el futuro del Gobierno desde el llano

Gane o pierda Daniel Scioli, Cristina Kirchner y la mitad de su gabinete se preparan para sostenerse en el llano de la política con proyectos personales y poca expectativa de un futuro de ensueño.

La Presidenta había ideado para su último mes en el poder una larga despedida, casi diaria, con la que soñó antes del 25 de octubre cuando las chances del gobernador bonaerense de convertirse en su heredero aparecían más firmes. Hoy, en la dura pelea que le espera, en el entorno presidencial se imagina para el futuro que ella tendrá que encabezar la lucha por el control del peronismo, si cae en la oposición.

De perder Scioli, la sangría en el partido gobernante comenzará esta misma noche de la mano de un grupo de dirigentes que intentará convertir a la Presidenta en la madre de la derrota, entre ellos, el salteño Juan Manuel Urtubey, uno de los pocos que quedará en pie.

Consciente de ese escenario, en la Casa Rosada ya se imaginan que aquel paso al costado estratégico que Cristina se imaginaba en El Calafate deberá ahora interrumpirlo para que el poder que le quedará en la Cámara de Diputados no se termine de desintegrar sin su liderazgo.

En sus charlas con dirigentes, Cristina cuenta que se quiere ir a vivir a Santa Cruz, cerca de su hijo Máximo, que alternará domicilio entre Río Gallegos y Buenos Aires, donde asumirá su banca de diputado. Por lo menos por lo que cuentan quienes la frecuentan en Olivos, la Presidenta no parece dispuesta a dejar todo.

Aunque no se reservó ningún cargo, a su lado creen que si pierde Scioli, el peronismo quedará huérfano y por lo menos hasta que no surja un claro liderazgo, ninguno en su partido terminará con mayor poder que ella, que espera conservar al menos entre un 20 y 25 por ciento de adhesión de kirchnerismo duro. Ese escenario, sostienen en la Casa Rosada, no lo dejará vacío de antemano. No, por lo menos, hasta que no aparezca alguien con más armado político que la pueda desplazar.

Con la incógnita aún del resultado, además de Cristina, los ministros también se preparan para la vida sin cargos, pensando en sus emprendimientos personales o en el rol de conferencistas, más que un futuro político con brillo.

El mayor enigma es Florencio Randazzo. Él jura que se irá a su casa, pero en el último mes se encargó de mantenerse a flote tras el portazo para ser candidato a gobernador. Criticó a la Presidenta y se diferenció cada vez que pudo de Scioli, con el objetivo de construir capital político propio. Es su...

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