Cristina Kirchner, la socialdemócrata retórica que devino líder personalista

Cristina no tiene amigas. Ni una sola.Es cierto que transita por las cornisas arduas de la hostilidad que aún provoca el hecho de ser mujer, una mujer con tanto poder. El atávico machismo argentino la tacha de histérica, y parece percibirse, sobre todo desde el luto que no se quita, una especie de anatema tácito que le llega precisamente por ser mujer: el de bruja. Incluso, en algún sentido, el de viuda negra.En ese sentido, corre con desventaja respecto de Néstor, que tenía a su favor lo opuesto, el prestigio simbólico que le daba ser hombre, primus inter pares entre los machos peronistas.El Estado cleptocrático autoritario tiene, con Ella, cara de mujer.La relación de Cristina con los hombres es asimétrica. Ella tiene el poder. (Solo con su marido era simétrica y horizontal.) Desde su muerte, ningún hombre la domina y Ella domina a todos.¿Cómo es su relación con las mujeres?Con su cuñada Alicia, el vínculo no fue históricamente bueno. Tras la muerte de Néstor, recuperaron algo de respecto y afecto mutuo, pero los viejos enconos familiares volvieron a distanciarlas en privado. Lo cuentan quienes tuvieron trato cara a cara con ambas cuando Cristina estuvo internada. Se trata, efectivamente, de cuestiones privadas, pero con indudable efecto público en este caso.La relación con su madre es la esencia de todo. Ofelia es terca, dura, estoica, de Gimnasia y peronista. Cristina es terca, dura, estoica, de Gimnasia y no es visceralmente peronista. Es mucho más cristinista que peronista, según todos los que la conocen bien. A veces ha tenido destellos de peronismo por comparación. Después de conocer a Hugo Chávez, la Dueña le decía a Kirchner, arrobada:—¡Es Perón, este tipo es Perón!Cristina ha sido chavista, en todo caso. Para Ella, Chávez es Perón idealizado.Con su hija Florencia, Cristina ejerce de madre a distancia. Florencia estuvo siempre apegadísima a Néstor, y viceversa.Con su hermana Giselle, Cristina mantiene una relación muy compleja. Giselle la pone nerviosa, literalmente.Ella está en la cúspide y su hermana transita por fronteras psíquicas que la eclipsan desde siempre.Con su suegra, María Ostoic, Cristina era agradecida y respetuosa. La lloró sinceramente en su velorio.Cristina parece tener relaciones pendulares con las mujeres. Ocurrió con Lilita Carrió. Se respetaban, pero al final se convirtieron en contrafiguras acérrimas.Otra mujer políticamente relevante para Cristina fue Graciela Ocaña. Es una historia que comenzó con una admiración...

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