Cristina, antes y después

Marzo de 2000. Hay una rosa roja en cada mesa porque es el Día Internacional de la Mujer. Cristina Fernández de Kirchner comparte el programa con la voz tanguera de María Volonté y con Martha Oyanharte y María Pimpi Colombo, que en ese entonces competían en la elección interna porteña, una en la lista de Domingo Cavallo y la otra en las de Gustavo Beliz. Cristina contesta:

-¿Qué pasa con la credibilidad de los dirigentes?

-Yo siempre digo que hay dos cambios que desacreditan mucho a la política: los de patrimonio y los de opiniones.

-Y los de estado civil?

-No me meto en la intimidad? ja, ja.

-Usted ha tenido afinidad política e ideológica con Cavallo y con Beliz; es más: trabajó con ambos. ¿A quién votaría en la interna si tuviese que votar en Capital?

-Es una pregunta que no te voy a responder. Tengo amigos en todos lados, incluso en la lista de Irma Roy, que también está por presentarse. Cuando el partido fue intervenido y Beliz fue por afuera lo apoyamos, pero porque era una situación especial. Ahora soy militante de otro distrito y creo que todos tienen méritos, Cavallo, Beliz, Irma. No me obligues a definirme. No sería justo.

¿Existe la posibilidad de ver a Cristina Kirchner en un reportaje televisivo defendiendo a Domingo Cavallo y a Eduardo Duhalde y criticando muy duramente, "por menemista", a su actual ministro de Defensa, Arturo Puricelli?

¿Se imagina a la primera mujer elegida y reelegida presidenta de la Nación en el estudio de un modesto programa de cable fustigando a Alfredo Yabrán y respaldando a Cuba ante una actitud de Fernando de la Rúa que juzgó "vergonzosa"? ¿Le interesaría observar el desempeño de Cristina absolutamente desenvuelta, con un discurso inteligente y seductor frente a las cámaras? ¿Alguien creería que ella trataba en forma afectuosa y por su nombre de pila a Mariano Grondona y Luis Majul, dos de los muchos periodistas hoy satanizados por la cadena estatal y paraestatal de medios K?

No hay forma de probarlo, pero debo de ser el periodista que más veces entrevistó a Cristina. Largos bloques de más de 20 minutos en una docena de programas llamados Le doy mi palabra están prolijamente archivados desde 1997. Eran los tiempos en que Miguel Núñez, luego vocero mudo de Néstor Kirchner y actualmente invisible, se ponía en contacto con los productores de medios audiovisuales para "ofrecer" como entrevistada a la diputada o la senadora santacruceña que, para ser sinceros, siempre "rendía" porque tiraba títulos y no...

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