Cristina buscó relativizar el impacto y dijo que no aflojará

La única respuesta de la presidenta Cristina Kirchner al http://www.lanacion.com.ar/1524113-en-carta-abierta-comparan-el-8-n-con-el-clima-apocaliptico-de-2001 la dio siete horas antes de la masiva protesta, pero sin hacer una referencia explícita al 8-N. El mensaje que realmente buscó transmitir lo pronunció a voz en cuello desde Ezeiza."Él me transmitió a mí no aflojar nunca. No aflojar jamás. Ni en los peores momentos. Porque en los peores momentos es cuando se conoce a los verdaderos dirigentes de un país", exclamó, frente a decenas de jóvenes que la ovacionaron.Se refería nuevamente a una supuesta enseñanza política de su esposo, Néstor Kirchner. El mensaje fue que está "dispuesta a combatir contra quienes se le oponen y http://www.lanacion.com.ar/1523559-de-vido-si-macri-se-siente-representado-por-el-8-n-que-explique-cual-es-su-plan ", según interpretaron fuentes oficiales. Aunque ello la haya llevado a sugerir, casi al pasar, que su gobierno podría estar atravesando su peor momento.Desde la Casa Rosada, sus funcionarios intentaban transmitir http://www.lanacion.com.ar/1524134-las-frases-mas-polemicas-sobre-el-cacerolazo-del-8-n por la multitudinaria marcha de anoche. Se intentó relativizar el significado de los reclamos, que fueron tildados por los funcionarios de "imprecisos".Pero el diseño de su agenda oficial, inusualmente cargada, reveló la intención contraria: no perder protagonismo frente a la protesta. En Olivos, la Presidenta evaluó todos los detalles de la movilización.Hasta entrada la noche, Cristina Kirchner recibió informes de los organismos de seguridad oficiales y con su principal asesor político, el secretario de Legal y Técnica, Carlos Zannini.Mantuvieron contacto permanente con el jefe de la Secretaría de Inteligencia, Héctor Icazuriaga; con el secretario de Seguridad, Sergio Berni, que recibía los partes de la Policía Federal, y con el jefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina.La custodia presidencial y la Casa Militar organizaron un fuerte operativo de seguridad dentro y alrededor de la quinta presidencial de Olivos, donde se produjo una de las mayores concentraciones de caceroleros. La Casa Rosada, también rodeada de vallas y custodia policial, fue vaciándose de funcionarios a medida que se llenaba la Plaza de Mayo.Esta vez, Cristina Kirchner decidió quedarse en Olivos y eso pudo incrementar la afluencia de manifestantes frente a la residencia presidencial. En el cacerolazo del 13 de septiembre último, ella había decidido regresar...

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