Cristiano Rattazzi: 'Existen algunos que más que empresarios son negociadores de ventajas'

RECIFE.- Se lo nota cómodo entre los fierros. Pica algo de comida y deambula como uno más entre los cientos de fanáticos que se pasean por la fábrica de autos en Brasil. Pero, camuflado entre todos, él se sabe diferente. "Cristiano", se lee únicamente en la placa abrochada a su chaleco, que tira sobre un auto a medio ensamblar. No es necesario escribir su apellido, justamente por el peso que ya tiene Rattazzi entre los convocados. Todos buscan palmearlo, saludarlo o arrancarle una palabra. Y él responde.

"Lo corté. La pu... que lo parió", insulta al aire con clara tonada italiana entre varias cámaras y periodistas. Era el primer fracaso al intentar abrir con los dientes un vaso de agua mineral cerrado al vacío que le habían acercado. Le preguntan si quiere ayuda. Ensimismado con la tarea, no responde, hasta que lo destapa. "Esto en Estados Unidos no pasa", agrega sonriente.

Cristiano Rattazzi es producto de una época de transición social: hijo de un conde italiano y, al mismo tiempo, accionista -como miembro de la familia Agnelli- de una fábrica global de automóviles. Es la encarnación de una época de tensión y asimilación entre la aristocracia y la burguesía. Pero además, el presidente de Fiat Chrysler Automobile (FCA) en el país es corredor de rally. Este complejo ADN le ofrece blindaje ante sus firmes convencimientos y cierta imprudencia al comunicarlos. En rigor, no teme volcar.

"Hay algunos que más que empresarios son negociadores de ventajas", dispara con crudeza. Entre las excepciones recuerda a Juan José Aranguren, presidente de Shell, y al número uno de la Unión Industrial Argentina (UIA), Héctor Méndez, aunque confirma que suma a algunos más en esa lista. "Los otros sólo buscan defender las ventajas negociadas a muerte. En cambio, yo creo en una Argentina con reglas de juego claras, competitiva y con un buen empresariado que salga al mundo", confiesa.

"La apuesta de FCA la ves acá", afirma a LA NACION Rattazzi y mira a su alrededor. A pesar de la debacle brasileña, la firma acaba de inaugurar un polo automotor de Jeep con 16 proveedores en Goiana (Pernambuco), en la que invirtió US$ 2300 millones. Se empezó a pensar en 2010 en esa provincia de la que es originaria Luiz Inácio Lula Da Silva y en la que sólo había cañaverales. Para poder instalarse allí, FCA recibió fuerte ayuda estatal: financiamiento, infraestructura y tierras.

"Esta es la planta más moderna de autos en el mundo. Ferreyra [la fábrica de Fiat en Córdoba] tiene que...

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