Una crisis política en el corazón de la estrategia económica de Macri

Araíz del debate por el aumento en las tarifas energéticas, Cambiemos está atravesando su primera crisis desde que llegó al poder. La tormenta es delicada. Esta vez la disidencia no se limitó a Elisa Carrió. También se pronunció el radicalismo. Las disonancias son parte de un nuevo juego dentro de la coalición, inaugurado con el cambio de jefatura en la UCR. Sus consecuencias están todavía en curso. Pero hay otro factor que vuelve muy relevante esta discordia: el cuestionamiento a la política de subsidios ataca el corazón de la estrategia económica de Mauricio Macri. La oposición, sobre todo la que rodea a Cristina Kirchner, entiende esto a la perfección. Por eso ayer realizó un esfuerzo, al final inútil, por bloquear desde la Cámara de Diputados el nuevo cuadro tarifario. La batalla se trasladará al Senado. No está tan claro que los socios disconformes del oficialismo calibren con la misma claridad las ramificaciones que tiene su planteo.

Al poner en tela de juicio el ajuste en los servicios públicos, Carrió y la UCR expresaron preocupación por el costo social y electoral de esa medida. Sin embargo, el alcance de lo que pretenden es muchísimo más amplio. El desaguisado kirchnerista logró que la energía deje de ser una cuestión sectorial para transformarse en un problema macroeconómico. La dimensión de los subsidios y la necesidad de importar volúmenes gigantescos de combustibles están en la raíz del déficit fiscal. Por lo tanto, el reclamo para que se eviten los ajustes supone un reproche al camino adoptado para equilibrar las cuentas públicas. Si no se recortan las subvenciones a los consumidores, habría que reducir el gasto social, renunciar al plan de infraestructura o agravar los desajustes del Tesoro. Nadie quiere hacerse cargo de esas alternativas.

La suspensión del nuevo cuadro tarifario amenaza otro frente importantísimo para la administración. El de la inversión privada. El Gobierno apostó a atraer capitales hacia el negocio de la energía. Las licitaciones para generación eólica y fotovoltaica, más allá de las objeciones que vienen inspirando, fueron el mayor triunfo de Macri en ese campo. Pero los contratos firmados suponen un régimen de precios. Si se altera esa premisa, se desbaratan esas inversiones. Esa regresión implicaría un fracaso de primera magnitud.

Hay otro plano sobre el que se proyecta la discusión interna de Cambiemos: el laboral. La idea de que los ajustes en las facturas serían insoportables presta un servicio...

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