Crimen y castigo de un contador

El fiscal Germán Moldes aventuró en Desde el llano que el excontador de los Kirchner Víctor Manzanares estaría atravesando una situación personal crítica , que caracterizó como un proceso de aflicción por el modo en que fue implicado por sus empleadores, en los que confió y a quienes trató desde muy joven. El fiscal sostuvo que es un hombre de intensas convicciones religiosas que se encontraría quebrado, y lo describió como un "arrepentido moral". En esas condiciones, concluyó que Manzanares es una bomba de tiempo. Con rigor, Moldes aclaró que no posee acceso a la causa, de modo que lo suyo es una impresión a partir de conversaciones con funcionarios judiciales directamente involucrados.

Como se sabe, Manzanares se encuentra bajo el régimen de testigo protegido y sus denuncias se distinguen por los exhaustivos detalles que proporcionó sobre las modalidades operativas de los negocios ilegales, los montos comprometidos y los lugares donde podría hallarse el dinero. Para corroborar el carácter singular e inquietante de este testigo hay que reparar en dos afirmaciones del periodista Diego Cabot : primero, que es "uno de los hombres que no debían hablar", el más temido por el entorno de la expresidenta, y, segundo, que su testimonio revela "el modo en que Cristina Kirchner y los suyos se relacionaban con su gente".

Sin acceso a la causa solo es factible elaborar, a la manera del fiscal Moldes, presunciones sobre este singular personaje y sus circunstancias. Esos supuestos pueden desplegarse en dos planos: el vincular y el personal. Cabot apunta al primero, que son los lazos de interacción de los Kirchner con su círculo de colaboradores y allegados, es decir, la manera en que ejerciendo la jefatura trataban con ellos. Entre estos pueden distinguirse dos categorías: los individuos que les prestaban servicios personales o profesionales, como jardinero, contador, secretario o ministro -para mencionar casos resonantes- bajo un régimen de contratación económica. Y aquellos a los que el matrimonio posicionó en roles empresarios para los negocios en los no podían participar directamente los cónyuges. Como se ve, los implicados tenían distinto estatus: un ministro no es lo mismo que un jardinero, un contador no equivale a un empresario de la obra pública. Sin embargo, y acaso aquí resida la clave, todos desarrollaron el mismo tipo de subordinación con sus jefes: la que un súbdito le debe a su señor. La sociología histórica determina que ese tipo de...

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