Créditos y más cálculos transforman el consumo

Cada vez más especialistas recomiendan tomar nota de las transformaciones que se están produciendo en el comportamiento de los consumidores, aunque no siempre se reflejen en los indicadores macroeconómicos. De hecho, sólo en los últimos meses el consumo interno comenzó a mostrar un repunte después de dos años de retroceso.

Estas tendencias atraviesan la pirámide social, caracterizada desde hace años por una amplia disparidad de ingresos. Cada uno de los segmentos va adaptándose -según sus posibilidades-, al nuevo escenario económico surgido a fin de 2015, donde el rol protagónico de 2017 es el boom de créditos (hipotecarios, prendarios y personales), que está modificando la estructura del consumo y atenuando el deterioro que la alta inflación de 2016 (40%) provocó en el poder adquisitivo.

Antes de describir esos cambios, es conveniente hacerlo con los cinco niveles socioeconómicos de la pirámide de ingresos, calculados sobre una población total de 12 millones de hogares y 42 millones de personas por la consultora W, que dirige Guillermo Oliveto.

Como muestra la ilustración de esta página, la clase alta (ABC1) abarca a sólo el 5% de los hogares (600.000 y 1,17 millón de personas), con un ingreso familiar promedio de $ 180.000 mensuales y un piso de $ 90.000. A continuación se desagrega la clase media alta (C2), con 17% del total (2,04 millones de hogares y 4,70 millones de personas) y un promedio de $ 55.000 mensuales de ingreso (con un piso de $ 33.000); y luego se ubica la clase media típica (C3), con 28% (3,96 millones de hogares y 10,75 millones de personas) que promedia un ingreso familiar de $ 28.000 mensuales, con un piso de $ 18.500.

Mucho más numeroso y complicado está el nivel bajo superior (D1), que comprende al 33% de los hogares (3,96 millones con 15,44 millones de personas) con ingresos promedio de $ 14.000 por mes, cuyo piso de $ 9500 coloca a la parte inferior por debajo de la línea de pobreza del Indec ($ 15.470 mensuales para una familia tipo). Y finalmente, en la base de la pirámide, la clase baja (D2/E) suma otro 17% de hogares (2,04 millones y casi 10 millones de personas), con un ingreso familiar promedio de $ 7000 mensuales situado cerca de la línea de indigencia ($ 6500). Este segmento completa el total de 20,4% de hogares (2,4 millones) y 28,6% de la población (12 millones de personas) afectados por la pobreza.

Además de la enorme brecha de ingresos (más de 25 veces) entre la punta y la base de la pirámide, otro dato...

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