El crédito bancario enfrenta su mayor caída desde 2001

El crédito bancario al sector privado cumplió un año en caída. Se trata del mayor retroceso, y el más violento, en comparación con todas las recesiones previas en las que recayó la actividad económica en los últimos 17 años, y solo inferior al registrado precisamente tras la crisis terminal de la convertibilidad, en 2002, con el que no hay base de comparación exacta, dado que "los bancos temporalmente se quedaron sin balances", recuerda el economista Hernán del Villar, de la consultora Alpha, uno de los que siguen los números del sistema.El stock de préstamos en pesos retrocedió otro 2,5% en junio en términos reales y ajustado por estacionalidad, reconoció el Banco Central (BCRA) en su último Informe Monetario, correspondiente a junio. Y también retrocedió casi 2% el de financiaciones pactadas en dólares. La caída se produce porque desde hace 14 meses se cancelan más créditos que los que se colocan en el mercado.Con esta baja, la economía no solo perdió uno de los motores que más habían aportado a su recuperación durante 2017, cuando la irrupción de los créditos ajustados por UVA (indexados) hizo volar los préstamos hipotecarios y prendarios (es decir, aquellos otorgados contra una garantía real), al bajar significativamente las barreras de acceso al sistema financiero. Peor aun, lo terminó convirtiendo en un pesado lastre.Es que, por el salto que dieron las tasas de interés a partir de la devaluación del peso que se inició hace más de un año, los particulares y las compañías que pudieron cancelar esos préstamos lo hicieron, aunque derivando a ese fin dinero que tenían originalmente pensado destinar a otros fines.Y los que no pudieron hacerlo debieron resignarse a que el peso de esa carga financiera carcomiera sus ingresos, lo que les dejó también menos fondos disponibles para encarar inversiones o nuevos proyectos y aumentó la incidencia negativa que la caída del crédito tuvo en el ajuste de la economía."Hubo entre los deudores un esfuerzo por desendeudarse, por el fuerte salto que pegaron las tasas de interés. Pero la contrapartida fue a la vez un esfuerzo de las empresas por reducir los stocks de cuentas por cobrar a clientes y de mercaderías y una limitación o anulación de las nuevas inversiones en planta y equipo", señala Guillermo Barbero, socio de First Capital Group, una consultora que se especializa en el asesoramiento de...

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