Crecen los delitos rurales

Los delitos rurales no sólo han recrudecido en el país; adquieren cada vez más peligrosas características. El clásico abigeato, consistente en el hurto o robo de animales, va hoy acompañado por despiadados métodos que perfecciona día tras día una delincuencia que cuenta con la ventaja de la distancia que separa a las víctimas del auxilio de la fuerza pública.Los productores y sus empleados quedan en manos de los asaltantes en establecimientos, domicilios y depósitos de maquinarias, herramientas, plaguicidas, semillas, y en todo otro lugar que sugiera algún tipo de valor para delinquir.Peligra hasta la propia vida de las personas. El maltrato a golpes y las amenazas son utilizados para asegurarse de que la víctima entregue sus bienes. Para hacerse de las reses, los ladrones cortan alambrados y matan a los animales. A su paso, dejan tiradas las cabezas, las patas y las vísceras de escaso valor. Otra metodología cada vez más habitual es la de apoderarse de los camiones de hacienda en las rutas, donde la vigilancia es casi nula. De allí, llevan lo robado a un matadero.Esa audacia llega hoy a extremos impensados, como haber irrumpido en un feedlot de donde los delincuentes se alzaron con 47 vaquillonas de 300 kilos cada una. En tanto, el robo de granos se focaliza en los silos bolsas y, también, en el secuestro de camiones, a cuyos choferes se obliga a abrir los grifos para poder apropiarse del preciado botín.Un hecho por demás insólito ocurrió a un productor de trigo en un predio alquilado. Cuando concurrió a cosechar sus frutos, verificó que alguien ya lo había hecho por él. Otro tanto suele suceder con la producción lanar cercana a pueblos del interior, la que resulta económicamente deficitaria por el robo de los corderos. O con los porcinos: dos veces diezmaron su plantel a una productora santafecina, próxima a Arroyo del Medio.En Alcorta, también en Santa Fe, dos conocidos productores han sido víctimas reiteradas de delitos de abigeato. En una oportunidad, les arrebataron 90 cabezas bovinas, la mitad de las cuales recuperaron a tiempo de un frigorífico del sur bonaerense, porque las otras 45 se habían "servido" en la gastronomía veraniega de Santa Teresita.En ese último caso los animales robados recorrieron por lo menos media provincia de Buenos Aires. ¿Sin que nadie los viera? Dadas las condiciones en las que tienen lugar estos delitos, la prevención es...

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