La designación que fue un costo político hundido para el Gobierno

Horacio Tettamanti cumplió un año de gestión al frente de la Subsecretaría de Puertos y Vías Navegables de la Nación, y lo que la comunidad aprecia de su paso es el relato memorioso de la liturgia K y la planificación megalómana distanciada de los problemas reales y cotidianos.En la cartera de Florencio Randazzo reconocen que es un costo político hundido la designación del empresario marplatense –sobre el que pesan pedidos de informes sobre la situación de Terrena, una empresa de su grupo, que tiene un permiso de uso vencido en el puerto de Mar del Plata, por el que no realizó las inversiones comprometidas a cambio de la exención del pago del canon. En el delirio de lo infalible, el Gobierno no contempla la posibilidad de corregir errores. Significaría que, primero, los debe admitir.Tettamanti cambió no ya su discurso sino su filosofía: pasó de vituperar el peso del Estado a ensalzarlo. Su continuidad no se debe a sus devaluados contactos políticos sino a la circunstancia de que en la concepción oficial, toda crítica periodística proviene de una campaña corporativa y principista.Para cumplir con su vocación política de llegar a la intendencia de Mar del Plata no escatimó en la grandeza de sus planes para ajustarse al discurso oficial. Su proyecto de ley de recuperación de la industria naval y la marina mercante fue criticado, modificado, tachado y evaporado. Ahora, su última gran idea es la de recuperar...

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