Costanera Norte: la suciedad del arroyo Medrano afecta a los clubes náuticos

Una "mancha" negra se asoma a la bahía Núñez, en la costa norte de la ciudad. Es como una sombra de consistencia espesa. Aun con los ojos cerrados se puede percibir su presencia: el olor es nauseabundo. El paisaje dista mucho de ser el ideal para los amantes del paisaje ribereño, y lo padecen quienes asisten a los tres clubes náuticos que funcionan en esa zona. La desembocadura del arroyo Medrano deja allí su marca registrada.

A la altura de avenida Cantilo al 3200, entre Ciudad Universitaria y el predio del Parque de los Niños, están situadas las sedes náuticas del Club Universitario de Buenos Aires (CUBA), del Centro Naval y del Centro de Graduados del Liceo Naval Militar Almirante Guillermo Brown. Su convivencia con la proximidad del Medrano -que cruza a la altura de la avenida Comodoro Rivadavia- no es nueva, pero hace alrededor de un año y medio que los socios de estas instituciones sufren las consecuencias de un afluente contaminado.

"Cuando soplan vientos del Nordeste se hace insoportable estar en la bahía. El olor es pestilente, y lo peor es que los adultos y los niños que realizan actividades acuáticas están en contacto con esa agua podrida", se quejó Norberto Galíndez, comodoro del CUBA, en diálogo con LA NACION. En este club, por ejemplo, unos 50 chicos de entre 8 y 13 años practican yachting cada fin de semana. Es normal que durante el aprendizaje caigan al agua.

La salida del arroyo Medrano está a unos 400 metros, en línea recta, de la bahía Núñez. El agua que desemboca en el Río de la Plata no es limpia. Cuando las ráfagas van en sentido al continente, esa "mancha" negra que proviene de la cuenca del Medrano no se diluye en las profundidades del río; al contrario, fluye hacia la bahía como una sombra que acecha.

El líquido que provoca las molestias es claramente identificable. Tiene un color oscuro, entre negro y violáceo. Parece aceitoso. Y el olor que emana es nauseabundo. Basta que una embarcación cruce la evidente línea que divide el agua proveniente del arroyo de la del río, amarronada y menos espesa, para que los navegantes noten la diferencia. En la orilla se ven vestigios de los desechos que traslada el arroyo; según estimaciones oficiales, se retiran casi 14.000 kilos de basura por mes en la desembocadura.

Nicolás Pollitzer confió a LA NACION que dejó de salir de esa bahía a navegar con su embarcación tipo laser (un pequeño velero de competición para una sola persona) por la suciedad.

Tiempo atrás, el club CUBA...

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