La corrupción, el peor de los males

Cuando, el domingo pasado, se realizó el segundo de los debates obligatorios entre candidatos a presidente de la Nación, volvió al primer plano de la escena electoral un tema que venía siendo relegado, cuando no ignorado, durante la campaña por buena parte de los postulantes a cargos electivos.La profundización de la crisis económica contribuyó al desplazamiento del debate sobre corrupción en la agenda política y ciudadana, lo que, a todas luces, constituye un tremendo error.No huelga decir que a quienes más conviene el silencio sobre este asunto es a los corruptos, a quienes se han servido, se sirven y aspiran a seguir sirviéndose del Estado en su propio beneficio. ¿Pero qué es lo que lleva a los demás a consentir ese silencio? No hay una única explicación. En nuestro país, ha sido siempre deficitario el abordaje sobre este tema. Se dan pasos aislados que suelen fracasar por falta de coordinación, por superposición de esfuerzos que no conducen a un objetivo claro y que muchas veces hasta terminan conspirando contra la búsqueda de la verdad y la debida sanción a los culpables de los delitos.Hace poco más de un año, empezó a instruirse la causa judicial sobre "los cuadernos de las coimas", un aceitado mecanismo de corrupción que incluye a numerosos funcionarios y empresarios. Ese voluminoso expediente desnuda una cadena de delitos siempre admitida en conversaciones informales con la prensa, pero nunca juzgada en semejante proporción, con tantísima evidencia de los delitos que llevaron a una verdadera "cartelización de la obra pública" en el país.Decenas de arrepentidos dieron por cierto ante la Justicia lo que se sospechaba. El juez de la causa, Claudio Bonadio, avanzó con la comprobación de los testimonios de esos arrepentidos, confirmándolos uno por uno. A tal punto que la Cámara Federal porteña volvió a respaldarlo anteayer, al rechazar la apelación de los acusados en el expediente. Ese tribunal dio por sentada la "verosimilitud" de las confesiones de los imputados colaboradores.No es un dato menor cuando, ante la proximidad de las elecciones generales, empiezan a conocerse algunas decisiones judiciales basadas más en el clima político que sobre los dictados de los códigos Penal y Procesal.Como suele suceder cada vez que la dirigencia demora una solución al problema de la corrupción, es la sociedad civil la que se moviliza en busca de acuerdos. Un ejemplo destacable de...

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