El correísmo fracasó en su nuevo intento de volver al poder, pero nadie se anima a darlo por muerto

Simpatizantes del movimiento Revolución Ciudadana llevan una pancarta con una imagen del expresidente Rafael Correa

QUITO.- " No es una elección cualquiera. En estas elecciones nos jugamos la vida ", fue la primera frase que exclamó desde el escenario en su cierre de campaña en Guayaquil la heredera del correísmo, Luisa González, frente a cientos de simpatizantes que ondeaban banderas de la Revolución Ciudadana.

Hasta hace poco, pocas personas conocían a esta abogada de 45 años, que se había hecho visible en contadas oportunidades por sus polémicos dichos como asambleísta, como mostrarse contraria a la ley de aborto por violación. Cuando Guillermo Lasso activó la muerte cruzada, fue encomendada con la engorrosa tarea de volver a ubicar al correísmo en el poder . Y quien se lo pidió fue nada menos que el expresidente Rafael Correa, su mentor, que impulsó su carrea política durante su década en el poder de Ecuador .

Luisa González

González se impuso frente a los otros cinco aspirantes a la presidencia en la primera vuelta de agosto con el 33,61% de los votos, una victoria justa pero no suficiente para ganar de entrada. Pasó a una segunda vuelta frente al outsider Daniel Noboa, quien finalmente le ganó por poco más de cuatro puntos.

"El correísmo nunca se ha ido, ha sido la primera fuerza en los últimos procesos electorales. El hecho de que no haya ganado en 2021 por haber presentado a un mal candidato no quiere decir que haya quedado severamente afectado", destacó a LA NACION el analista Mauricio Alarcón, director ejecutivo de Fundación Ciudadanía y Desarrollo, quien agregó que el resultado electoral de este domingo evidencia que la Revolución Ciudadana "tiene techo". Aún así, "dar por muerto al correísmo es algo que le pasa factura a los partidos de la oposición, cuando el correísmo ni siquiera ha estado herido de muerte".

Al caudillo izquierdista Rafael Correa, que gobernó Ecuador desde 2007 hasta el 2017, le pesan ocho años de prisión y 25 de inhabilitación a ejercer cargos públicos por el "Caso Soborno 2012-2016″, por el que la Corte Nacional lo sentenció a él y a todos los miembros de su gobierno por el delito de cohecho agravado. La decisión judicial reza que se comprobó que el exmandatario financió la campaña de su partido Alianza País con los fondos de empresas a las que les otorgó contratos estatales.

Desde que terminó su administración, Correa vive en Bélgica, donde fue reconocido como refugiado en abril de 2022, días antes de que...

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