Coronavirus en la Argentina: del asombro al enojo, las fases emocionales de la cuarentena

Los cien días de aislamiento social obligatorio no fueron todos iguales. Macarena P., de 38 años, empezó la cuarentena con mucha actitud. Organizó el calendario de sus hijos y de las tareas de la casa, se sumó a cuanto concierto de balcón proponían sus vecinos y salió a aplaudir a los médicos todas las noches cuando daban las 21. Pero un tiempo después, descubrió que la agenda sólo existía en el papel. Que como estaba angustiada, a la noche no podía dormir y "maratoneaba" alguna serie. Sus hijos también habían adoptado horarios estrafalarios y lo único que les organizaba el día era la rigurosa clase por Zoom que tienen a las 11. Que ya había abandonado la soga que compró y que no hacía los mil saltos por día que se había propuesto al inicio del encierro. Estaba contracturada casi siempre. La relación con sus hijos y su marido era difícil. Entre las exigencias de su trabajo, la casa y el reparto de roles, espacios y horarios para usar la computadora se sentía agobiada. Cualquier cosa la hacía estallar. Empezó a verse con una amiga, de forma clandestina, tomaban mate, cada una con el suyo y manteniendo la distancia social. "Es lo único que me saca del embotamiento. Por un rato, las dos nos olvidamos de que estamos en cuarentena", dice. Ahora, ni siquiera eso la motiva. Los días pasan redondos, todos iguales. Ella sobrevive esquivando la pregunta incómoda que le hacen sus hijos todos los días: ¿cuándo termina la cuarentena? No lo sabe. Hace algunos días encontró un diario que empezó a escribir en esos días de insomnio, al principio del Y que, por supuesto, después abandonó. "Creo y tengo miedo de que esto sea para siempre", escribió a finales de marzo. Cerró el cuaderno. La misma sensación la atraviesa hoy, al llegar aNo fueron cien días iguales, confirman los especialistas.LA NACIÓN consultó a psicólogos, psiquiatras, sociólogos y psicoanalistas para entender no las fases sanitarias de la cuarentena, sino las emocionales o psicosociales. El aislamiento tuvo, al menos, nueve etapas. "Fuimos de la sorpresa traumática a la ansiedad, de allí a la angustia, al enojo, a la negación", dice José Eduardo Abadi, médico psiquiatra y escritor. "Al principio nos mostramos resilientes y coronamos a los médicos como los héroes de nuestra lucha contra el coronavirus", explica la psicoanalista Mónica Cruppi, miembro didacta de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA)."Todos juntos salimos de esta", dijimos al repetir hasta el hartazgo metáforas...

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