'Convoco a todos a la unidad nacional'

Con voz quebradiza y discurso al borde del sollozo en cada frase, Cristina Kirchner celebró ayer lo que resultó la primera reelección en la Argentina de una presidenta mujer, con casi el 54% de los votos. Convocó a la "unidad nacional", intentó mostrarse conciliadora y abierta al diálogo y pronosticó la "continuidad" del modelo por varios años.Celebró y bailó junto a sus dos hijos, Máximo y Florencia, y a su vicepresidente electo, Amado Boudou. Los festejos incluyeron dos discursos, uno en el búnker del hotel Intercontinental y el otro en un palco en la Plaza de Mayo, frente a una multitud, en su mayoría de jóvenes, que la fue a vivar desde la tarde de ayer.No era para menos. Obtuvo más de 36 puntos sobre el segundo, Hermes Binner, el candidato presidencial por el Frente Amplio Progresista (FAP).Pero omitió formular anuncios y señales económicas en un contexto de incertidumbre y desconfianza, reflejada en una creciente fuga de capitales.La algarabía era plena en el kirchnerismo: triunfaron casi todos sus candidatos en las gobernaciones e intendencias en juego y se aseguró una mayoría propia en la Cámara de Diputados y en el Senado.No omitió la evocación a su esposo, el ex presidente Néstor Kirchner. "Agradezco a alguien que ya no me puede llamar, pero fue el fundador de esta victoria", enfatizó.Entre la masiva presencia de ministros, gobernadores, legisladores, militantes y sindicalistas, sobresalió la ausencia del jefe de la CGT, Hugo Moyano. Sólo asistió su hijo, Facundo, del gremio de peajes. La excusa fue que estaba en Mar del Plata, adonde fue a votar. La relación del Gobierno con Moyano está desgastada."Convoco a todos los argentinos a la unidad nacional. Que no nos distraigan con enfrentamientos inútiles", bramó Cristina Kirchner. "Tengo el honor no sólo de ser la primera presidenta sino también el honor de ser la primera presidenta reelecta", subrayó en su discurso de 31 minutos."Que no discutamos sobre los hechos y las realidades. Que en todo caso si pueden mejorarse nos digan cómo hacerlo", ofreció la jefa del Estado, aunque no dijo cómo."Sueño con una Argentina donde tengamos continuidad, que no significa continuidad de personas y de partidos, sino de proyecto político, de nación y de país", sugirió. La idea de la "continuidad" del modelo sobrevoló en todos los pasillos del búnker, inundados de triunfalismo.En lo que algunos interpretaron como un freno a la meneada reforma de la Constitución y una hipotética segunda reelección en 2015, aclaró...

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